img Una noche sin estrellas  /  Capítulo 6 Capitulo 6: El hombre guapo | 66.67%
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Historia

Capítulo 6 Capitulo 6: El hombre guapo

Palabras:4022    |    Actualizado en: 29/12/2022

ítu

que llené

e una película, mi maquillaje estaba corrido, como si hubiera estado llorando, me sentía realmente asustada, y gemía en voz baja de la desesperación, escuché mucho ruido a mis alrededores pero no había nadi

esp

Miré a mí alrededor, la habitación estaba vacía, me sorprendí al ver que las muchachas tenían toda su ropa y objetos en sus despensas, todo organizado. Me levanté sin

zo, muy ma

e no había organizado sus cosas. Agarré mi celular y comencé a recriminarme, solo le había dejado una nota a mi tía, a lo mejor cuando ya estu

fie y un recuerdo de todos los sitios a dond

lla me decía eso porque

uillaje y me coloqué el collar de búho dorado que me había regalado

or las calles de Senda Otoño y los demás muchachos andaban con su grupo de amigos, por eso no me gustaba exactamente ser la nueva, no tenía mi grupo, aunque sinceramente nunca había pertenecido a ningún grupo, era de esas chicas

rimente

ucía tentadora, quería salir.

tre el sabor, a medida que me acercaba a la tienda de yogurt del hotel que se llama: ü, me di cuenta de que mi gorro estaba al revés, así que mientras le

quejé llevando la

sitar un nuevo paí

en seguida la voz de Letwin, era cul

omit

bes

me había enterra

había algo que cuando él estaba cerca todo se

a nariz -dije sintiéndo

pasa conti

anos estaban frias, alcé la vista hacia sus ojos grises, gran error, me quedé sin respiración, su

sueño, cál

te, quería q

der, mis hormonas estaba revueltas, pero había algo aquí que hacia

jar de ser tan torpe –replicó-. Parece q

í el

abres –solté aun a

tante y ambos solt

hombre era

lvidaste

ambos s

ustarle a alguno de los dos, e

me vomitaste –comentó-

nca me había gustado el yogurt, ¿Por qué quería comerlo?-.

o eran ganas de comer

a –sonrió alzando

e me estaba asechando y por primera vez desde hace mucho tiempo me sentí aterrada y atraida, como una mezcla toxica de peligro, su r

ias veces, es decir, no era la primera vez que imaginaba cosas mirando a alguien, pero

lviendo loca como l

aba q

tranquilizando

churros, y puedo acompañarte –me miró con desc

nzaba a

mada, debía de abandonar un poco mi imaginac

eda a apenas

n suéter negro que acentuaba perfectamente su musculatura, jeans y zapato

o estaba buceando p

circo? –pregunté, el frío crea

staba empapando con nieve y estaba

–Ofrecí- mi chaque

seguidamente estiró sus labios en una sonrisa que m

hoyuelos e

iendome loca con chicos que pare

ica estirada, tan solo el gorro es de algodó

so –alcé una ceja

sus padres le consientan en todo, pase una navidad acogedora desenvolviendo los

solo su

el hospital para navidad, ella es neurocirujana, y en año nuevo siempre vamos a

a siempre terminaba

molesta si pregunto: có

Letwin, sab

a, mis padres habían llegado de viaje y yo les insistí que fueran, pero no tenían por qué ir, es decir me había presentado como más de 100 veces en los a

er, la emoción que sentía, mi primer

a mientras ellos iban de v

me dio más seguridad, quería que estuvieran orgullosos de mí porque podía bailar mejor que las otras niñas de mi clase. Y entonces todo comenzó a temblar, a nosotros nos sacaron por la salida de emergen

o donde casi todos m

de un momento, de seguro intentaba sabe

mplen 4 años de su muerte

, murieron exactame

las bocinas de los carros, las voces de las demás

ije-, es decir pareces muy educado, y Letw

me miró verdaderame

bre?, estoy seguro

u

me ti

stro se tornara rojo cubriendo el sonroj

que eras un chico malo –hice una mueca

cruzábamos la calle cuando

. Vine aquí porque mi familia estaba relacionada con la mafia, mi abuelo era un capo que metieron pres

imaginándome a un niño travieso haciendo equilibrio montándose en grandes muros,

veía mucha

icaste

mí porque era su única familia, mi madre huyó y no sé qué pasó con ella. Después de que mataran a mi padre, no

nada que comer o que cuidara de él, sus grande

Lo importante es que sigues v

n algo de ironía-. ¿Qué me dices tu?, ¿tu tia te ma

io

ltima pregunta, yo no pensab

abuelo que tenía muchas inversiones –hice una mueca-, me dejaron una cuenta con ingresos estables

a a cada minuto y por el hecho de que mi tía se negaba rotundamente a que aportara para los gastos d

tu hogar? -dijo-, es decir, eres

tengo ingresos, quiero esforzarme por los míos propios, p

na como que tuviera todo organizado y nunca

lo indignada que me sentía porque pensara que era aburr

con ese gorro sorprendentemente tierno. Ahí noté que yo le llegaba

jo-, soy t

ra en mi mente, y so

l asiento de la profesora con pegamen

e el pegame

per

mento? -me interrum

r una expulsión, tan solo p

–frunció los labios juguetonamente haciendo que mi mirada cayera

éntr

í luego de un momento-, encuentro dive

ada e inevitablemen

dijo-, te has encontrado c

e muy graciosa, tanto

cle en el cabello de algún desconocido?, ¿met

de los otros dos-. Oh vaya, tu eres la virgen Maria en persona. E

¿a que se refería?, más que miedo, me d

equilibrio,

me, pero me pareció divertida. Él se volteó y miró la ti

se metía a la tienda, yo lo seguí

lo que me

es y objetos colgando haciéndola lucir chiquita y acogedora. De re

mie

ER

tió en un terror colectivo, percibí un olor a carbonizado, ¿de verdad el edificio se estaba quemando?, todos come

r sobre el alboroto. Letwin giró los ojos y me gui

los churros más grandes-, llénala con todo lo que quiera, tenemos dos minutos an

U

me agarró por el brazo y me arrastró hacia la puerta, a mis espaldas escuché a la policía junto a los bomberos llegar en sus au

como para recobrar el aliento- ¿Qué rayos fue eso?, oh, madre mía, acabam

un puente sobre el lago, apartó la nieve, tomó asiento cómodamente en el borde

resiones? –mis pies se movían nerviosos en círculos, la adrena

nía que relajarme, me senté a su lado ex

almó virg

así -gruñí-. S

se trata una ver

presé mi sarcasmo-,

iente como la adrenalina le recorre cada centímetro, su corazón palpita tan fuerte que sus senti

or (el que no se le había ido la olla), me decía que e

lago de un modo tentativamente peligroso a caerme, mis pies se balanceaban libres, a diferenc

cosas que valgan la pena, es decir no atentamos contra la vida de alguien y no le robamos su

alizando lo que ha

a bandeja de las manos, yo me resistí avergonzada porque evidenteme, no pu

onaba en todas partes, contagiosa, avergonzánd

oy una delincuente –expliqué cuando la c

siento que te estoy corrompiendo de algún modo, es decir, ¿Dónde vive?, ¿en una burbuja don

–alcé una ceja algo avergonzada, es decir yo no me consideraba una

es una bas

l otro lado del puente, era imposible que encestara, el aire, la nieve y la

tr

tudiast

a que creí por un momento que me decía la verdad-. Es broma, abandoné

o y lo miré s

rapado una

minti

cho que tu mad

re lo asesinaran –dijo negando levemente con la cabeza-, no tenía para mi des

cabeza hacia el lado izquierdo c

minti

tu manera de expresarte es muy educada y c

en el circo la mayoría vienen de pueblos parecid

iéndome, lo

aso a mis miedos y a mi conciencia, estaba en Senda Otoño, quería ser genial, una chica con muchos amigos que no

otra travesura e

e ahuecó su hoyuelo, parecía peligroso, como

tar admirar su belleza

ucha Francia no te obligaré a esto, ¿bien?, eres una niña con demasia

la maldad que juzga quien es apto para hacer trav

da nuestra conversación, se levantó encestando

uno me había dicho de Letwin y

sgado, necesita a alguien c

por no estar a su altura criminal?, no es que quisiera una relac

quieres una r

e conc

cuché sus pasos hasta que se colocó detrás de mí y cas

talón de algodón se hubiera pegado del pasa

te, sus ojos grises destellaban reflejos plateados, me que

s en mi?

ría confi

ltar la desconfianza que mis ojos re

a malvada que se convirtió en traviesa cuando me empujó por los hombros con sus dos enormes manos, busqué aguantarme de algo inexiste

del

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