img Una noche sin estrellas  /  Capítulo 4 Capitulo 4: La nueva del circo | 44.44%
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Historia

Capítulo 4 Capitulo 4: La nueva del circo

Palabras:3116    |    Actualizado en: 29/12/2022

ítu

enecer al circo?, se

vé un avión con el nombre "Circo Furléz" tenía colores misteriosos y daba la impresión de que saldría magia. Unos hombres musculosos hacían el trabajo de cargar a los animales

contrándome a la señora Furléz quien se acerc

ndote a una

do su belleza, ya

nirse a nosotros -dijo la seño

vacaciones -dije-, necesit

ros y ser parte de nuestra familia, imagínelo, viajar por el mundo, di

ue pensarl

ría a un circo de

ar su sonrisa-. Venga quiero pres

ñal de que me detuviera, y le hizo señas a un sujeto lleno de sudor para que s

o al notar a la señora Furléz acercarse, yo buscaba al chi

as -dijo la s

on todas a la vez hacien

que fuera

enzó a volverse severo-, ella estará solo cuatro meses, la idea es que quiera segui

o a todas se les erizó la piel, y hasta

ó ahí anonadada por la disciplina q

el circo, aunque tal vez así era. Estaba nerviosa, pero no quería

a dirá como se llama, que edad tiene y por qué decidiero

el mismo nombre y no solo eso, eran gemelas, supongo que su madre no era muy crea

mi rostro anonadado-. Soy Isabella Monteverde,

me arriesgué

a aunque su tono era realmente pálido, casi como grisáceo y su cabello estaba lleno

e había muerto por la peste, y solamente me f

e? -repetí si

solo digo peste para

parecer peste

o-, Tengo 19, ella: es Maria Gil tiene 18 y ella: Paola Ferht tiene 16, me presento por ellas porque Maria y Paola son mud

n puebleri

ellos? -pregunté sorprendida. Ella suspiró como si hubiera es

o... -parecía que quería decir o

is padres querían que me casara con un anciano de 50 años

n era temp

-dijo I

ombros, tenía un corto cabello castaño, sus ojos eran azul

sincera, así como ellas lo fueron conmigo- soy Fr

nteresante. Necesito una aventura. Bu

uchas r

ontrarme -dij

ró Isabella y todos se rieron, inclus

n rastreador -agreg

o, me muero

sonrisa aunque no me

o con su singular bigote de Hitler estaba grita

escucharlas y de vez en cuando intervenía, pero no me sentía cómoda debido a que mi estómago estaba revuelto, jamás en mi vida

ijo Ana-. ¿Te e

siguiendo los carteles que decían <>, la mayoría me observan disimuladament

, habían dos puertas frente a frente, la izquierda de los chicos y la derecha de las chica, corrí a la puerta de mi destino cuando la

a encima, tan rápido como pude, lo empujé hacia la pared del fondo y cerré su puerta del baño para poder abrir sin dif

a lo había empujado, intenté transmitirle mis disculpas,

is disculpas, sentí otra arcada, tapé mi boca con mi mano, me giré y entré al baño, cerrando la puerta a mis espaldas, me arrodillé en el retrete y boté todo el alcohol que había ingerido anoche

mis ojos se había tornado a un amarillo verdoso, mis cejas seguían perfectamente depiladas lo cual no me daba el aspecto

chacho que ba

er

me ti

nos no se cruzaran nuevamente, aunque yo era la nueva, de seguro por eso

ra poder salir, llevándome un gran sobresalto al ver al muchacho que había empapado de vómito anteriormente,

ba, él asintió con la cabeza, tenía sus manos detrás de su espalda y todo su cuerpo era como un muro que me e

e agarraste el brazo y simplemente te vomité, en serio lo s

punta, sus ojos grises me intimidaban, su rostro era severo, p

-insistí-, si me vas a matar d

izquierda, me hizo recordar a un cuervo:

y no se atreva a vomitar

e seguro como él era más alto que yo, podía utilizar

derle la mano para presentarme, porque tenía el presentimiento de que no

erada, era intenso, y no sabría decir por qué pero sentí el calor llenar todo mi

iguió indagando pero p

la cabeza esta vez hacia el lado derecho, parecía que me estaba evalua

po, no aceptamos que los f

maginaba que eso ya les

nemos un acuerdo, solo estaré e

se hablara así mismo-. Debe f

lo han dich

insistir en que me queda

y dejó de mirarme de

rió, no pude evitar notar que se le f

ncí el ceño sint

razos que mantenía a sus espaldas tení

me algo sorprendida por su gentileza

mientras retrocedía, sus labios se ladearon en una sonrisa pícara dejando ver u

o momento, cuando reaccioné abrí el suero y lo inge

jo Isabella reposando sus cod

í -dije-, pero ocurrió la

lté una carcajada y por primera vez no me importó q

como yo y solo así

nté las ganas de vomitar -expliqué

ó Isabelle-, ¿a q

staba ahí esperándome, ya se había cambiado, me dio el suero, y un

más pecosa de las Clara

a los hombros -obvie el hecho de que m

a nadie así

casi me había olvidado que ella solo era muda pe

cía sorprendida-, ¡Oh por Dios!, tiene razón,

Isabella algo des

iendo? -pregun

Ana y todas hicie

s Edwin?

igió Delia-,

es? -Bromeé-, ¿por qué tod

enaste de vomito al chico má

a persona sin morales ni ética... tiene suerte de que no l

é interrumpiéndola-, ¿si es tan

Clara uno-, el mejor

s alturas, casi se me sale el corazón por la boca, era realmente sorprendente y estoy segura que nadie

lara tres-, se dice que

o por no saber quien er

nte del ma

Kiara) le quitaron la cabeza y su cuerpo caminó solo, o cuando la metieron en una pequeña ca

dejó porque su carácter era muy incontrolable. Solo imagí

urrida en la cama -replicó Clara uno-. Él es un aventurero

ones murieron porque todas estábamos muy cansadas

ía a donde exactamente me dirigía pero mis pies parecían que sí, ¿estaba siendo sonámbula?, no me podía controlar, l

nue, voltee mi rostro y visualicé la silueta de Let

í tan atemorizada y empeoró a medida que él se acercaba, su media sonrisa parecía macabr

a mí, llevándose las manos atrás de su espalda-,

bujo del búho tambi

ondí tratando de controlar

ía moverme, mi respiración era un caos al igual que mi ritmo cardiaco complet

ancia, sol

ás, verte sin

car

a, me agarró de la cadera y sentí una electricidad recorrer mi cuerpo cuandl me montó sobre la mesa de tenis, colocándose entre mis piernas, s

, sentía miedo de él pero a la vez me sentía protegida en su

as acu

has hormonas

illar cuando lo sacó rápidamente del bolsillo trasero de su pantalón, quise apartarme

poder creer lo que había hecho, tosí sintiendo el do

s como los de un cuervo, su sonrisa se ensanchó cuando empujó e

mi mirada se nubló y

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