ítu
enecer al circo?, se
vé un avión con el nombre "Circo Furléz" tenía colores misteriosos y daba la impresión de que saldría magia. Unos hombres musculosos hacían el trabajo de cargar a los animales
contrándome a la señora Furléz quien se acerc
ndote a una
do su belleza, ya
nirse a nosotros -dijo la seño
vacaciones -dije-, necesit
ros y ser parte de nuestra familia, imagínelo, viajar por el mundo, di
ue pensarl
ría a un circo de
ar su sonrisa-. Venga quiero pres
ñal de que me detuviera, y le hizo señas a un sujeto lleno de sudor para que s
o al notar a la señora Furléz acercarse, yo buscaba al chi
as -dijo la s
on todas a la vez hacien
que fuera
enzó a volverse severo-, ella estará solo cuatro meses, la idea es que quiera segui
o a todas se les erizó la piel, y hasta
ó ahí anonadada por la disciplina q
el circo, aunque tal vez así era. Estaba nerviosa, pero no quería
a dirá como se llama, que edad tiene y por qué decidiero
el mismo nombre y no solo eso, eran gemelas, supongo que su madre no era muy crea
mi rostro anonadado-. Soy Isabella Monteverde,
me arriesgué
a aunque su tono era realmente pálido, casi como grisáceo y su cabello estaba lleno
e había muerto por la peste, y solamente me f
e? -repetí si
solo digo peste para
parecer peste
o-, Tengo 19, ella: es Maria Gil tiene 18 y ella: Paola Ferht tiene 16, me presento por ellas porque Maria y Paola son mud
n puebleri
ellos? -pregunté sorprendida. Ella suspiró como si hubiera es
o... -parecía que quería decir o
is padres querían que me casara con un anciano de 50 años
n era temp
-dijo I
ombros, tenía un corto cabello castaño, sus ojos eran azul
sincera, así como ellas lo fueron conmigo- soy Fr
nteresante. Necesito una aventura. Bu
uchas r
ontrarme -dij
ró Isabella y todos se rieron, inclus
n rastreador -agreg
o, me muero
sonrisa aunque no me
o con su singular bigote de Hitler estaba grita
escucharlas y de vez en cuando intervenía, pero no me sentía cómoda debido a que mi estómago estaba revuelto, jamás en mi vida
ijo Ana-. ¿Te e
siguiendo los carteles que decían <
, habían dos puertas frente a frente, la izquierda de los chicos y la derecha de las chica, corrí a la puerta de mi destino cuando la
a encima, tan rápido como pude, lo empujé hacia la pared del fondo y cerré su puerta del baño para poder abrir sin dif
a lo había empujado, intenté transmitirle mis disculpas,
is disculpas, sentí otra arcada, tapé mi boca con mi mano, me giré y entré al baño, cerrando la puerta a mis espaldas, me arrodillé en el retrete y boté todo el alcohol que había ingerido anoche
mis ojos se había tornado a un amarillo verdoso, mis cejas seguían perfectamente depiladas lo cual no me daba el aspecto
chacho que ba
er
me ti
nos no se cruzaran nuevamente, aunque yo era la nueva, de seguro por eso
ra poder salir, llevándome un gran sobresalto al ver al muchacho que había empapado de vómito anteriormente,
ba, él asintió con la cabeza, tenía sus manos detrás de su espalda y todo su cuerpo era como un muro que me e
e agarraste el brazo y simplemente te vomité, en serio lo s
punta, sus ojos grises me intimidaban, su rostro era severo, p
-insistí-, si me vas a matar d
izquierda, me hizo recordar a un cuervo:
y no se atreva a vomitar
e seguro como él era más alto que yo, podía utilizar
derle la mano para presentarme, porque tenía el presentimiento de que no
erada, era intenso, y no sabría decir por qué pero sentí el calor llenar todo mi
iguió indagando pero p
la cabeza esta vez hacia el lado derecho, parecía que me estaba evalua
po, no aceptamos que los f
maginaba que eso ya les
nemos un acuerdo, solo estaré e
se hablara así mismo-. Debe f
lo han dich
insistir en que me queda
y dejó de mirarme de
rió, no pude evitar notar que se le f
ncí el ceño sint
razos que mantenía a sus espaldas tení
me algo sorprendida por su gentileza
mientras retrocedía, sus labios se ladearon en una sonrisa pícara dejando ver u
o momento, cuando reaccioné abrí el suero y lo inge
jo Isabella reposando sus cod
í -dije-, pero ocurrió la
lté una carcajada y por primera vez no me importó q
como yo y solo así
nté las ganas de vomitar -expliqué
ó Isabelle-, ¿a q
staba ahí esperándome, ya se había cambiado, me dio el suero, y un
más pecosa de las Clara
a los hombros -obvie el hecho de que m
a nadie así
casi me había olvidado que ella solo era muda pe
cía sorprendida-, ¡Oh por Dios!, tiene razón,
Isabella algo des
iendo? -pregun
Ana y todas hicie
s Edwin?
igió Delia-,
es? -Bromeé-, ¿por qué tod
enaste de vomito al chico má
a persona sin morales ni ética... tiene suerte de que no l
é interrumpiéndola-, ¿si es tan
Clara uno-, el mejor
s alturas, casi se me sale el corazón por la boca, era realmente sorprendente y estoy segura que nadie
lara tres-, se dice que
o por no saber quien er
nte del ma
Kiara) le quitaron la cabeza y su cuerpo caminó solo, o cuando la metieron en una pequeña ca
dejó porque su carácter era muy incontrolable. Solo imagí
urrida en la cama -replicó Clara uno-. Él es un aventurero
ones murieron porque todas estábamos muy cansadas
ía a donde exactamente me dirigía pero mis pies parecían que sí, ¿estaba siendo sonámbula?, no me podía controlar, l
nue, voltee mi rostro y visualicé la silueta de Let
í tan atemorizada y empeoró a medida que él se acercaba, su media sonrisa parecía macabr
a mí, llevándose las manos atrás de su espalda-,
bujo del búho tambi
ondí tratando de controlar
ía moverme, mi respiración era un caos al igual que mi ritmo cardiaco complet
ancia, sol
ás, verte sin
car
a, me agarró de la cadera y sentí una electricidad recorrer mi cuerpo cuandl me montó sobre la mesa de tenis, colocándose entre mis piernas, s
, sentía miedo de él pero a la vez me sentía protegida en su
as acu
has hormonas
illar cuando lo sacó rápidamente del bolsillo trasero de su pantalón, quise apartarme
poder creer lo que había hecho, tosí sintiendo el do
s como los de un cuervo, su sonrisa se ensanchó cuando empujó e
mi mirada se nubló y