bebida, me encontraba escuchando las congojas de una de las prostitutas nuevas, una que recién s
da durante un par de segundos, hasta que me tapé con una toalla lo más rápido que pude,
ciéndole entender que saliera de
sta poco creíble, mientras sonreía, al mism
de todo es que Quique, estaba en el cuarto contiguo, supongo que dormido y me imagino que se hu
me sentía muy atraída
e, seguía dormido, Marcos, entró en mi cuart
uerada, aunque me di
allas ¿Puedes darme una?
-dije tapándome otr
taban las toallas. Nada más salir de mi habitación, me volví a quedar hela
sabía... -dije
es, no tengo n
ecto, con un rostro que me encantaba y un cuerpo muy musculoso, se notaba que hacía deporte, tenía dos fuertes brazos, unos muslos muy anchos, un
pelo castaño claro, igual
talle de su preciosa anatomía: grandes espaldas, un cuerpo muy bien proporcionad
entos, pues no se ven ho
jo al mundo. Mi corazón se iba acelerando y podía notar las gotas de sudor en mi espalda, las piernas me flojeaban,
grueso, a pesar de estar fláccido. Tenía su miembro rodeado d
illantes y una gota se deslizaba desde su ombligo hasta llegar a la punta d
bre que me amaba y me adoraba estaba en el cuarto de al lado, y yo calentándo
amigo, no le importaba traicionar la confianza que Quique, le tenía, ¿Y yo? ¿Había perdido el respeto p
nto, todo lo demás no parecía importarme en ese momento, ya me est
un poco sorprendi
lidad, tras oí
es que no esper
esn
S
ural, al menos a m
per
te gusta
ero es
te gu
no, perdona... mira, aquí están
e ahí. Al llegar a mi cuarto, me apoyé en la puerta intentado recuperar la
is pezones estaban duros como piedras, al tocarme u
ajadita y estaba muy húmeda. Me había puesto cachonda de ver a Marcos desnudo y la
cha y comencé a masturba
la cama y continué tocándome las tetas y metiendo un dedo en mi mojado sexo, hasta que pronto me vino un o
pensando en hacer el amor con él, en sentirme atrapada entre sus pote
al mercado a comprar las cosas para la comida, pues Quique quer
mbién se acomodó con unos pantalones cortos y una camiseta y Marcos, me sorprendió de nu
s con ese vesti
cida, aunque mi pulso come
o estaba estirada apoyada sobre la mesa colocando los platos, Marcos se pegó a mí por detr
te ese tiempo, me estaba calentando por momentos y m
agarraron mi cintura y subiéndolas lentamente aca
cuando me s
pendejo? -le d
-preguntó con ironía
ro si bien
é que te gusto y q
a cinismo que tení
a de mí y lo que más deseaba era ver su verga a tope y sentir sus manos s
, mi novio estaba en la cocina con la pue
o diga a Quique? -le dije de nuevo a modo de amen
a, es lo que te apet
dije nada. Me apoyé semise
Se colocó frente
erme desnud
favor, Quique,
nta el morbo de pode
es mi novio y
s no importa, además noto como estás de calien
uy caliente. Marcos cumplió sus palabras y se bajó
dimiento, era un aparato más grande de lo normal. Su cabecita
ma posición con mi culo apo
upliqué, aunque en el fond
apretujó contra mí, al principio yo me dejaba hacer, no sabía lo que me p
la altura del mío, percibiendo su calor y la dureza de su verga desnuda sobr
evo empujándolo
favor, Quique
los utensilios. Marcos volvió al ataque pegándose a mí de nuevo y me acariciaba las tetas por encima del vestid
mis labios y que acabaron siendo apasionados, cuando nu
de poder ser descubierta por mi novio, y claro, lo que era inevitable era que mi
pues no llevaba sujetador y Marcos, siguió con el chupeteo sobre mis chiches, pellizcando mis
ejándome sólo con las pantaletitas. Él parecía e
s calzones. Yo me resistí agarrándolos fue
-le dije en voz baja, sintiendo aquello
bajarme los calzones lentamente por mis
adito como a mí me gusta.
r de esa preci
muslos, mi clítoris. El gusto fue en aumento y yo estaba como una loca caliente. Abría la