ropia. Lo que me molestó esta vez fue el hecho de tener que esperar una semana para discutir algo que podría haberse concretado días antes. Además, no me hacía much

ía en un instante. Salí del coche y busqué a Geoff. Como era de esperar, no lo encontré por ningún lado. Sin duda ya estaba dentro, bebiendo su segundo whisky. El salón de banquetes era pequeño pero impresion

o que pueden hacer los rumores en este negocio. Si la gente piensa que mi empresa está perdiendo dinero, quiero saberlo. - ¡Mira, relájate! -dijo Geoff. -Nadie está diciendo que te estés perdiendo algo. Todos sabemos que Bulsara está expandiéndose. Y allí estaba. La verdad es que nadie sabía de nuestros planes de expansión excepto la gente de mi círculo más cercano. Geoff estaba buscando información. -¿Expansión? ¿De dónde sacaste esa idea? -pregunté inocentemente. Pasaron varios momentos de silencio mientras nos mirábamos fijamente. El camarero trajo nuestras bebidas y aún así mantuvimos contacto visual. Después de unos segundos, Geoff se rió entre dientes. -Valió la pena intentarlo. Tienes mucho coraje, Joe. -Tomó su bebida y dio

n de banquetes del hotel. -Ahora, caballeros -dijo ella, con su voz tan suave como el whisky que estaba bebiendo. -Este es el momento que todos estaban esperando. Tenemos algunas damas muy especiales aquí para ti esta noche. Los hombres aplaudieron y algunos incluso aplaudieron, incluido Geoff. Él me ignoró después de eso, centrando toda su atención en el escenario. Me volví a sentar en mi asiento, irritado y preparado para aburrirme hasta las lágrimas durante los siguientes minutos. - ¡La primera es Jazmín! Una bellez

o, casi una copia exacta de Jasmine, excepto por el hecho de que su cabello era negro azabache. Demasiado negro para ser natural. - Margaux es nueva en nuestra ciudad, viene de París. Estudió música, moda y habla tres idiomas. Al igual que la primera niña, Margaux fue conducida entre la multitud para conocer a los potenciales postores, regalándoles una sonrisa seductora. Yo tenía razón. Aburrido. Hasta. En. Lágrimas. Geoff se quedó congelado, sus ojos bailaban entre las chicas mientras sacaba su chequera del bolsillo de su traje. -Qué bonitos pechos, ¿verdad, Joe? -Sí, son preciosas -dije sin mucha convic

a también era más completa. Ella tenía el pelo largo y castaño, y los reflejos lo hacían parecer rojo. Le caía sobre los hombros y enmarcaba su rostro pecoso. Sus ojos eran grandes y marrone