a del prín
cesitamos escapar de aquí!', p
bonito. Puedo olerte", res
u captor saliendo al pasillo. Lo siguiente que supo fue que clava
eriel dio un paso a
rondado por tu cabecita. No tienes ni idea de dónde est
más alta y fortificada que jamás había visto, así que n
d Ottai, acercándose por detrás
y ahí!? No, esto no puede esta
s gobernantes de los Urekais? ¿El lugar conocido como el abismo susurran
ros. Pero sí, tienes razón, príncipe Emeriel, estás
que podrías perderte si intentas escapar", comenzó lord Vladya, con una sonrisa. "De hecho, el exterio
or un miedo mucho mayor. "¿Los cuatro grandes gobernant
, con un dejo de diversión en
Se acercó un poco más a lord Ottai, pues le parecía menos intimidante y su mejor opción
mores sobre su e
lo que has oído?", le
agaba. "Además, se dice que sus hábitos de apareamiento son tan brutales como sus asesinatos, y aunque tienen hema
ecesitaba escuchar", interv
s. Yo necesito asistir a una reunión del consejo",
n él, pero optó por morderse el labio con fuerza, pa
éralo. No hay manera
aiper se encargue de la reunión informati
antes de lanzarle una mirada dura a Emeriel, como s
videmos el favor que me debes. ¿Si te acuerdas?", añadió
ladya lo fulminó
mativa. Yo me voy", remató lord Ottai, con una sonrisa lobuna. Acto seguido, se
lord Vladya se quedaro
, comenzando a caminar;
onterías", declaró lord Vladya, luciendo algo molesto. "Sin embargo, no profundizaré en el vasto conocimiento de mi especie, porque es d
eparó para lo
mi especie y la tuya coexistían pacíficamente.
enas podía disimular su miedo. Ese era uno de los Urekai más antiguos de los que se tenía registro
también el primero. Además, era el líder supremo, pues su poder y su fuerza eran lege
ue infundió terror en los corazones de t
sación en la que compartían champán, Alvin, en estado de ebriedad, le contó al príncipe los secr
Emeriel, con la intención de corroborar los rumores que había escuchado. "Ocurre cada quinientos años y deja a la mayoría de us
siendo utilizado por su padre para recopilar información sobre nosotros. El rey Menfis tenía sus ojos puestos en nuestras tierras. Para resumi
aemonikai", añadió lord Vladya, mientras su expresión se tornaba sombría. En ese momento parecía distante, como si pudiera ver la batalla desarrollándose frente a él.
cias?', pen
oche como una victoria y la contaban como un gran logro. No obstante, ahor
a sus parejas y a sus hijos; quienes sobrevivieron se endurecieron por la pérdida.
, incapaz de contener la amargura en su tono. "Los Urekais tomaron numerosos esclavos y casi
golpe cuando su interlocu
rmanecido desde hace quinientos años. Ahora, él mismo es quien pone en peligro a las personas por las que terminó así", dijo lord Vladya, "La be
na idea. Entonces, ¿cuál es el p
nas necesitan dos cosas para sobrevivir: sangre y sexo", le dijo lord Vlady
adió al humano, pues no le g
a bestia. Fue por eso que la compramos. Y como para ti no tengo ningún u
lidad Emeriel. "No lo estás
e la bestia. Si lo hace, ¿quién sabe? Tal vez llegue a ver ot
"Lord Vladya, por favor, no la sometas a esto. ¿Ser esclava sexual... de una be
birás cincuenta latigazos", respondió su interlocutor sin inmutarse. A
a su terror y corrió tras él, pero
eroso que crees que puedes dictar el destino de los seres vivos?! ¡Tu
l hombro, respondió: "Príncipe humano, para mí eso e
bernantes de los Urekai? Santos Dioses de la Luz, mi hermana y