a del prín
las palabras de su hermana. Desde entonces, se había quedado
e hermosa: lucía muy bien arreglada y estaba vestida con un trozo de tela que prácticamente era nada. Sin embargo, despreci
riel con urgencia. "Este l
uencias de intentar escapar. Además, si nos atrapan, descubrirían tu secreto cuando te d
a obligar a servir a un UREKAI en su FORMA BESTIA! ¡Y no a cualquiera, sino a uno que ha perdido la cordura y llmi hermana menor. Nuestros padres arriesgaron todo para protegerte, y yo haré todo lo que esté a mi alcance
zará tu seguridad?", preguntó la otra, al b
le dijo: "Nadie debe descubrir que eres mujer. ¡Nun
o el regreso de Livia, acompañada por la joven A
se abrían mucho. "No te conviene tocarla ahora. No qu
toco a mi hermana?", preguntó Emer
o que odia, puede actuar de forma más brutal; incluso podría llega
n a Aekeira fuera de la habitación; Emeriel la siguió. El
a vasta fortaleza, pero conforme se acercaban a su destino, las personas c
cuando entraron en un corredor que tenía un aura inquietante. Lo sigu
sordecedor y el grupo sentía que e
, en la entrada del pasillo. "Aekeir
o tocar a su hermana y agarrándola fuertemente del brazo, le
solo se quitó su mano de en
caminar de un lado a otro. Se rascó el brazo,
le importaba si estaba herida o adolorida, siempre y cuando estuviera viva.
ntirse extraña; muy caliente. Estaba tan caliente
*****
de la prin
una oscuridad total. Aekeira, incapaz de v
; había algo observándola. Ante esa realiz
Urekais poseían una visión nocturna excepcional, por lo que e
ivir. Una vez desnuda, cayó al suelo de rodillas; todo el cuerpo le temblaba. Luego bajó la parte superior de su cue
, le había dado varias instrucciones, mientras vertía abundantes
nsciencia dentro de una bestia, solo respondía
taría alimentarse de ella, pues le habían llevado su comida ayer. Con cuidado y evitando agarrarse las
tación. Aekeira gritó sobresaltada, ¡pues había
lo inevitable. Aunque se sentía muy incómoda en esa posición, Livia
Luego, la cubrió una sombra enorme... Lo siguiente qu
la respiración
. Acto seguido, tomó otra bocanada de aire y su gruñido
nariz contra su brazo e inhaló profundamente. Ese era el lugar del que Eme
la montó y comenzó a penetrarla con fuerza. Ella gritó de agon
rente a todo lo que había sentido antes. Sus gritos
a. ¡De hecho, estaba molesta, porque no podía conseguir más! El ritmo de sus embestidas e
!!!", gritó e
laro que era una bestia, pues podía sentir sus duras escamas contra su piel. Por si fuera poco,
rza con la que la sujetaba. '¡Oh, Dioses
***
a del prín
a, había empeorado en la última hora, incluso antes de que
las cámaras prohibidas y rescatar a su hermana, pero le
sobre su piel tan caliente le incomodaba. Y ahora estaba sobre la cama, sopor
r", chilló, ante
do mientras las intensas emociones la atravesaban.
rse; el ardor que sentía en el área era insoportable. Había intentado apacigu
tisfacerse. Nunca antes había tenido ese impulso, per
uda; no obstante, también sentía incomodidad en las chichis, así que con manos temblorosas se quitó
aba. Con los gritos de Aekeira resonando en la distancia, gimió. Nunca h
esa bestia la mate', se dijo. Sin embargo, por mucho qu
tras su mano apretaba desesperada
¿Qué me pasa?