s de Lázaro y el inminente peligro que parecía envolver a Feredo. El pueblo, que había sido su hogar durante toda su vida, ahora le parecía un lugar extraño, lleno de sombras que ocultaban secre
s desapariciones de los niños, la llegada de los Arendal, los extraños rumores sobre seres que no eran humanos. Todo parecía estar conectado, pero algo
sorprendido. ¿Quién podía estar allí tan tarde? Caminó lentamente hacia la entrada y, al
e a él. La expresión de Evelyn Arendal era solemne, casi trist
ondió Evelyn, su voz suave, casi susu
la familia; era la figura que, en silencio, parecía rodear todo el misterio de su llegada al pueblo. La gente murmuraba sobre ella, sobre su belleza
iaba hacia la pequeña sala, donde se sentaron
que danzaban en la chimenea, como si buscara las palabras adecuadas. Fin
No te metas en esto. -Sus palabras fueron directas y lle
Arendal, la mujer que se mantenía apartada de los demás, ahora le pedía
pariciones? ¿Qué sabes sobre tu familia? -Su voz se a
ra como si estuviera luchando con algo dentro de ella, algo que la mantenía a
son los Arendal. -Dijo, su voz temblando levemente-. Yo... yo no soy como ellos, Ald
empre la había visto como una mujer poderosa, con una voluntad férrea, alguien que estaba
es decir con eso? -preguntó, sus
chimenea. Luego, con un susurro, comenzó a relatar una historia
olo su vida, sino algo mucho más profundo. Y el pueblo... este pueblo está maldito. Feredo fue construido sobre tierras que pertenecen a ellos, a los Arendal. Ellos
como rumores y leyendas ahora se veía como una verdad aterradora. ¿Era posible que los Arendal estuvieran ligados a todo esto? ¿A las de
casi con desesperación-. ¿Por qué permites que
e, sus ojos llenos de u
o cuando lo hice, Erik me encontró. Me... me obligaron a regresar. -Su voz se quebró por un momento-. No
aba de descubrir era más aterradora de lo que jamás había imaginado.
o hacer? -preguntó, su voz ca
un ruido ensordecedor vino del exterior. Un rugido profundo, como el de un animal salvaje, resonó a través del aire. La t
mezcla de terror y resigna
der completamente, pero que se sentía como una amenaza inminente. Mientras Evelyn corría hacia la puerta