img La Elegida Del Alfa Supremo  /  Capítulo 6 El Destino en Juego | 15.79%
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Historia

Capítulo 6 El Destino en Juego

Palabras:4485    |    Actualizado en: 12/01/2025

tiguos secretos, la verdad se revela solo a aque

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a

s que destellaban con una energía oscura y poderosa. Con un gesto fluido de mi mano, invoqué hilos de luz azulada que danzaron alrededor de la pequeña niña malcriada, impidiendo que cayera en el caldero infernal que se abría a sus pies. Los

los demás, irradiando un aire de triunfo innegable. La noche se tensó, electrizante, mientras todos contenían la respiración, so

n Longhuan? -inquirió un

n desdén. Observé cómo ella hacía una señal con la mano, enviando a su

píritu maligno -murmuró, aunque su voz no escapó a mis oídos. Intentó

rojó a la pequeña malcriada al suelo. Ella se que

na

té la vista al cielo nocturno, preguntándome si el temblor que sentía bajo mí era el presagio de un terre

apenas un susurro en la vastedad del paisaj

o noté: el pecador, ese ser de oscuridad, se agachaba ante mí, llevando su man

Él no respondió, solo continuó examinando mi rostro con meticulosidad,

dijo el pecador, su voz un susurro que

Es esto... es esto el final para mí? -mi pregunta era un hilo

la sangre-. Tengo tantas ganas de acabarte, de

l abismo de Yìwàng Zhī Dì para que los tiburones se deleiten con tu esencia. Pero eso

pueda contenerla. Él suelta mi muñeca con un gesto brusco,

osa lastimarte, convertiré su piel en el lienzo de mi venganza -su promesa

última gota de tu sangre, todo me pertenece. No te alejes de mi vista sin mi consentimiento

-la voz de mi loba interior, Yě Líng

-Yě Líng gruñe, y su des

mirada perdida en el horizonte lejano, como

ente... -susurró ella, má

uda que se enredaba en nuestros pensamie

ice con mi mano, moviéndolos despacio. Él me miró confundido, un brev

os peces en el mar, tú... Deberías ir a buscar a alguien más -le

orriendo hacia el salón de los suspiros. Per

él, su voz tan fría como el

su mirada penetrante me envi

o? -pregunt

mbolo mágico de una luna llena. Me quedé sorprendida, incapa

agrado de Kǎnbīn? -pre

dió él, su enojo palp

s que una loba ordinaria. Si pudiera desbloquear un hechizo tan avanzado, ¿crees que me preocu

sobre mi frente, revelando mi verd

anto un espíritu inmortal? -preguntó el pecador

o cruzando mi mirada, y sacudí las manos

do su mano de mi frente-. ¿Qué te has creído? ¿Cómo

a los pliegues de mi vestido, y mi corazón latía con la furia de una torm

jo mis pasos, y el sonido resonaba en la quietud del paisaje helado. Cada huella que

nceándose con la melodía del viento. Sin vacilar, me adentré en el puente, sintiendo cómo gemía sutilmente bajo mi peso

Mis dedos se aferraban a la baranda del puente, extrayendo de ella una fuerza silenciosa. Al alcanzar la otra oril

itación a su refugio cálido y acogedor. Las empujé con firmeza, cruzando el umbral hacia un mundo de calidez

y la oscuridad que había dejado atrás. Mi vestido se agitaba com

nhalando profundamente, permitiendo que el calor del l

jos mientras mis amigos se acercaban, envolviéndome en un abraz

urar mi cultivo inmortal y asistir al examen inmortal? -lloré con desesper

udo contra el mundo exterior. Con susurros y abrazos, me infundieron esperanza, recor

capturando la desesperación que me consumía. Yě Líng,

a», -dijo con voz enojada, mientras yo seguía soll

maldito pecador inmortal -repliqué entre sollozos, la ira y

el suelo con delicadeza y me miró con ojos lle

la tu juicio. Recuerda que, dependiendo de tus pensamientos, nosotros estaremos aquí para apoyarte, ¿de a

zo de lana y se alejó, dejándome sumida en mis pen

promesas hechas en el bosque, de superar el examen i

debo dirigirme a la ciudad de Shenyin -afirmé,

ǔ

spíritus malignos. El pequeño pueblo, ahora un campo de batalla, era escenario de un

de los aldeanos, volviéndolos más agresivos -relató Yǔxī, su

aestro, su rostro oculto tras una máscara. Él comenzó a absorber los espíritus malignos, liberando a los

Con la cabeza gacha, me arrodillé en el centro del salón, aguardando la llegada de mi maestro.

con la mirada, observándolo acercarse al caldero en ruinas. Con movimientos precisos y una energía que desti

en ha sustraído el libro del destino. Merezco la muerte -confesé, la ve

stino es el eje de nuestros planes. No tienes el derecho ni a morir hasta que lo recuperes -respondi

me -prometí, mirándolo con una mez

que merodeaba la ciudad de Shenyin? -preguntó, girándose par

Aunque desconozco su identidad, su poder es abismal, ins

, avanzando hacia mí con pasos que resonaban como tambore

tino -dije, con la cabeza aún inclinada, ofreciendo un

r su aliento. Un rastro, una mera insinuación, significaba una oportunidad, y

voz profunda, que resonaba c

-revelé, manteniendo mi postu

cortarse con un cuchillo. Finalmente, mi maestro se puso de

el poder que reside en el libro del destino -declaró, su voz era un

a

sus pasos dejando huellas crujientes sobre la inmaculada capa de nieve. La brisa gélida acariciaba su rostro

diante su magia, atrajo hacia sí un frasco. Al examinarlo, descubrió que contenía un medicamento. Sin vacilar, lo ocultó

ás alto, hacia la cima de la montaña que se alzaba majestuosa ante él. La nieve, ahora profunda, amenazab

enas visible. Las rocas afiladas y el hielo traicionero exigían toda su atención. Pero Kael n

fuerza, haciendo silbar el aire a mi alrededor. Miré hacia abajo y vi la impresionan

vi a Lóng Xiǎoyún acercándose por el sendero. Esta

roso que incluso yo no puedo romperlo

nte después de 30.000 años de desaparición. ¡Qué

te 30.000 años? -pregu

. Si el espíritu de la lobita es realmente un miembro sobreviviente del clan Kǎnbīn, me temo que ya no puedes hacerle nada, mi

té, ansioso por obt

e a los ojos, su expresión era grave y sus p

teger los tres reinos de los dioses malignos. Siempre han mantenido una postura neutral y nunca se han involucrado en confl

tro Reinos y nunca he mostrado debilidad. ¿Cómo puedo vincular mi vida

bajó la cabeza, un gesto d

ro luego levantó la vista, mi

es palpable mientras una lágrima se desliza por mi mejilla, avivando aún má

iendo esto. Qué problema», -gruñó mi

on una fuerza que reflejaba mi tormento interio

óng Xiǎoyún exhaló un suspiro pesado y, al notar m

o mi rostro, y aunque el descenso era menos empinado que el ascenso, resultaba má

an a ambos lados del camino, sus ramas entrelazadas formando un dosel natural que filtraba la luz del sol en haces d

lo lejos, pude ver un puente, un paso obligado para continuar mi camino. Al acercarme, distinguí la silueta de varios

recorrió mi cuerpo mientras pronunciaba las palabras de un antiguo hechizo que me volvía invisi

o cualquier signo de intruso. Mis pasos eran silenciosos, y pasé junto a ellos, con

ce un guardia, el

iento, no seas paranoico -r

o lado, me elevé hasta el salón de los suspiros, cruzando mis brazos y deshaciendo mi hechizo para que la niña malcriada p

pero tan irritante a la

facetas, incluyendo estar malcriada conm

? ¿Cómo encontraste este lugar

muy curiosa»,

ré y me aseguraré de que estés a salvo -le aseg

lla le pasa algo, ambos morimos», -

, ¿verdad?», -repliqué, y su gruñ

ré en graves problemas. Si realmente deseas asegurar mi seguridad, lo mejor sería que te alejaras y no me b

e», -se quejó Tiān Láng, su fr

ada fría. Ella bajó la cabeza, un gesto de sumisión que no ha

inando hacia su guarida. Sin embargo, se atrevió

fue recogida por el lago Yúnmò, una loba ordinaria criada en el salón d

antes de apartarme. Ella cayó al suelo mientras yo entraba en su

un abrir y cerrar de ojos? -se preguntaba ell

oniéndose enfrente de mí, alzando sus brazos-.

eves a lastimarme aunque sea un poco, esos soldados celestiales definitivamente no te dejará

ingenuidad era aún más evidente. Tiān Láng gruñía en mi mente, comp

era baja pero firme-. Y no subestimes a los inmortales, pequeña. Tenemos forma

ás suave, suavizando mi cara un momento. Podía sentir la confusión en s

aba ella, mientras mi lobo y yo nos reíam

s volver y entregarte en la torre Sylpharion -me dijo, intent

a fuerte corriente eléctrica; no obstante, no me detuve. La atraje hacia mí, tan cerca que mi aliento caliente rozó su rostro. Ella me miró, sorprendida, y colocó s

a por ti? -le dije, acercándome aún más, nuestros labios a es

do», -pensaba ella, mientras

lmente, y mi lobo solo gruñía ante sus ingenuas palabras. Ella entrecerró lo

libertad. Desvié mi atención hacia la mesa cercana, donde reposaba un libro antiguo. Con

recuperarlo. Pero mi rapidez prevaleció, elevando el libro fuera de su alcance mientras ella luchaba por a

ueé los dedos y, con un destello de luz, la envié fuera del salón. Ella t

rme sus secretos. Ante mí se desplegó la imagen de una m

quirió Tiān Láng en mi mente. Asent

a-. Aún conserva un vestigio de su espíri

os embargó a Ti

realmente hace

mostraba a la mujer recost

l libro y cortando la conexión con el destino. Me senté en el suelo, junto a la me

rar a los 200.000 soldado

a irrumpió, jadeante por la carrera. Nuestras miradas se cruz

sus manos ansiosas por recuperar el libro que flotaba cerca de mí. Con un gesto

del destino y cambias el karma, serás aniquilado, ¿entiend

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