lgor de la llama, el destino se
╼❮ཤ𖢘ཥ❯
na
e. La penumbra se cernía sobre los árboles, y cada sombra parecía cobrar vida propia. Aunque el miedo me insta
empre había sido mi guía y mi consuelo. Pero algo en su silueta me hizo detenerme. Algo no estaba
voz, aunque serena, ll
dudé ni un segundo; me transformé en mi forma lupina y corrí a través del bosque,
patio del reino celestial, escuchando
de la torre Sylpharion escaparon anoc
-preguntó ot
ugar prohibido -respondió la p
ciable, me acerqué discret
na joven celestial, su
los que escaparon. Nadie se quedó afuera -inte
-volvió a preg
d, no hay nada que temer -aseguró
Eerlang había demostrado una vez más s
ntra mi ángel Eerlang. ¿Ves? Te atraparon, ¿verdad? -dije, recordando la supuesta fuerza
res», -se mofó Yě Líng, y yo no p
deroso, ¿no? Y perdió contra el ángel Ee
de sabiduría antigua. «Es raro porque en mis tiempos él
l sistema», -respondí con sarcasmo, y pude
ǔ
henyin, observaba el caldero con el ceño fruncido.
del Espíritu Ancestral -ordenó
ondieron su
erecha acercarse, así qu
a la diosa Liuyue están de vuelta -in
Shenyin -ordené, y é
mae
ciudad Shenyin. Una vez dentro,
uí -anunció m
terior como un caldero
os espíritus de cambiaformas humildes, -exclamé, mi voz
ó mi mano derecha, sus palab
e 500 años; no hay necesidad de apresurarse,
s Cuatro Reinos. ¿A quién busca el señor?, -pregunt
as, -le reprendí, lanzándole una
asintió, compren
iàn Zhī Dì, -ord
a a punto de retirarse cuando lo detuve, dándole la espal
ir mal. Si pasa algo, infórmame de inmediato, -inst
e pudiera dar un paso más, los gritos de los guardias llenaron
ilencio expectante cuand
aquí, ¡busquen! -Su voz resonó con urgencia, y los subordinados s
a
sus pies finalmente tocaron suelo firme, abrió los ojos para encontrarse en un lugar que desafiaba toda lógica. Estaba en la orilla de un lago sereno,
n lugar conocido como Yìwàng Zhī Dì. Cruzándose de b
a voz que parecía emanar de l
capturada por la aparición de un dragón que emergía del lago. La criatura era la encarnación de la majestuosidad y el poder, con escamas que brilla
n aterrizó sobre una roca y, ante los ojos de Kael, su forma comenzó a cambiar. La bestia se transformó, adoptando la apariencia de un joven con cabello negro como la noche
verencia ante Kael, su m
ían que estabas muerto, pero ahora finalmente has regresado a lo
el aire, llevando consigo la
Xuánlíng Guó, -le dije, y él asintió, su
as imponentes estatuas de piedra de guerreros ancestrales. Sus miradas pétreas parecían atravesar las eras, reconociéndonos como los herederos de un legado milenario. E
propia epopeya de valor y sacrificio. Lóng Xiǎoyún y yo in
aron atrapados aquí. Solo podemos contraatacar a Sylpharion si rompemos su sello, -me explicó
: Hace 30
flejando mi poder. La diosa Liuyue me observaba con
mortal, -le dije, mi voz impregnada de u
Eres solo una mujer, ¿y quieres matarme?, -m
en que conocía secretos que yo aún no podía descifrar. En ese momen
e, su voz resonaba con una adverte
timar al enemigo es un
la incrustaba en su vientre. Una luz anaranjada brotó con velocidad, y ella se elevó, extendiendo sus brazos y liberando todo su poder. Mis guerreros
el fl
cando el lugar donde se
embargo, dentro de solo cien años, los dos reyes del sur y del norte del condado de Yōuxián Hǎi se revelaron uno tras otro y se hicieron reyes. En es
ompetente como siempre. ¿Qué tal los Lykans?, -pregunté frí
disturbios civiles ocurrían en Hǎilán Yáng. Recientemente, incluso tomaron el océano más septentrion
e conocía había cambiado, y con él, los desafíos que enfrent
usando estos trucos sucios -dije con molestia mie
acercó con una mezcla de ira y pre
0.000 guerreros de élite en Hǎilán Yáng. ¿Cómo podemos soportar un
stial -declaré, y con un gesto, encendí mi poder demoníaco de un azul oscuro, lanzándolo hacia la espada. Sin embargo, esta no re
iān Láng, su voz finalmente coher
lo, sintiendo cómo el poder fluía a través
er esto? -Lóng Xiǎoyún miró
30.000 años su espíritu primordial fue destrozado y quemado -expliqué, aunque una sombra de duda cruzó mi mente al
malcriada. ¿Estará en problemas?» -inquirió Tiān L
de amor» -respondí, sintiendo cómo las heridas
oyún se acercó, su v
é, contemplando los surcos rojos en mi brazo
na
se extiende ante mí. Las nubes flotan a mi alrededor como algodones dorados, iluminadas por la luz suave y etérea
ragones tallados en la barandilla parecen cobrar vida con cada rayo de luz que los acaricia. A medida que comienzo a cruzar,
éndose en la superficie de un lago tranquilo. La seda se despliega, creando un contraste vibrante con la luz dorada qu
ente diferente. El sendero de jade se convierte en caminos de piedra y tierra, rodeados de colinas cubiertas de
lejos, la silueta de una ciudad se perfila contra el cielo. A medida que me acerco, las campanas
un hervidero de actividad. Los comerciantes gritan sus ofertas, los niños corren por las callejuelas, y el aire está lleno de ar
a tocar la nieve
to, niña, ten cuidado» -me dice Yě Líng preocupada, cosa que es muy raro. Ella,
ras me acerco a una tienda llamada Cángbǎo Gē. Veo a mi amiga Yueqin; ella tiene su cabello negro, sus ojo
e equivoco -le dice ella, poniend
-le dice él
-pregunta ella mi
dice él, soban
ella feliz mientras el chico se va. Yo rá
uí? -me pregunta ella,
negocios -le digo feliz, y ella sonríe mientras
ro de maravillas, cada objeto
to de primera calidad en mi tienda -me
intentando agarrar el frasco, pero
n 460.5 piedras espirituales de bajo grado. En cuanto a las piedras espirituales premium, serán 28.6. Te daré un precio de amistad, ya que eres mi
egunté, hacien
irió ella, inclinando
do su brazo-, somos m
la, su voz suave c
lar 0.6 parece muy poco. ¿Nuestra amistad solo vale 0.6 piedras espirituale
de diversión y astucia. Después de un momento de
; será 28.6 piedras espirituales, nada menos -dijo Yueqin con firmeza, y yo no
-comentó Yě Líng, mi loba int
comprobación de mi cuenta -insis
demasiado importante para mí; no me iré si no me lo das -r
ella, resignada,
rumpió nuestra disputa. Me negué a levantarm
viados al pabellón Shenyin hace unos días?
os días. Me olvidé -confesó
prisa y envíalo
mando ahora, me regañarán; incluso podrían golpearme. Gerente, mira, si me lastiman, ¿qui
al trabajo -le di
el lugar. Escuché los pas
yudaré esta vez -me dijo, y yo
erca, hazme caso, joder, ni se te ocur
íng. No te alteres tanto», -la
periodo de pago para la Yǔzhòu -me dijo ella, entregándome una canasta con un
je, saliendo de la t
crédito es del 50%! -m
na mano y el destino en la otra. La Yǔzhòu Dānyào era mi esperanza, mi salvaci
or recuperar mi
dejaba atrás. Los vibrantes toldos rojos de las tiendas se desvanecían en la distancia
osel que filtraba la luz en haces tenues. La luz del día comenzaba a desvanecerse, y con ella, mi seguri
lenciosos de un tiempo que ya no era el mío. Cada crujido bajo mis pies y cada susurro del viento entre los árboles
isterioso que erizaba la piel. Las sombras aquí parecían más profundas, el silencio casi absol
er el interior. La poca luz que quedaba del día creaba un ambiente aún más inquietant
mentaba con cada paso. No era el contenido lo que la hacía pesada, sino la sensación de inquietud qu
puertas de madera que crujían al abrirse y un interior que parecía aún más oscuro que
si cientos de ojos invisibles me observaran desde la penumbra. Re
on cuidado, mostrándole la canasta.
na severidad que cortaba
asentí, adentrándome en la habitaci
nta roja que la cubría con un cuidado que rozaba lo ceremonial. Las sombras del pabellón danzab
i tangible, encontré a una joven de belleza etérea. Su cabello negro caía en cascada sobre hombros frágiles,
ó, cubriendo su rostro
ndo? ¿Por qué te quieren matar? -pregu
todavía, -dijo aterrorizada, aferrándose a
aquí, -prometí, mirándola a los ojos
serena, sintiendo cómo el frío de
intió nerviosamente, sus lágrimas brillando con l
és de mí. Las palabras de un antiguo encantamiento brotaron de mis labios, y una luz azulad
envolvía a la chica, transformando
pequeño, algo que nadie sospechará, -l
rtiré en
pies se elevaron del suelo, y su cuerpo se redujo a una fracción de su tamaño original. Su piel se suavizó hasta parecer etérea, y sus extremidades se transformaron en delicado
fragilidad y la vida que aún latía dentro de ella. La co
abía que la flor no podía hablar, sentí su
able mientras los guardias con
en el armario y cerraba la puerta con cuidado. Cubrí la canasta para ocultar l
onaban fuera, una cacofonía de
ra a
da a
menzó a brillar con una intensidad que me hizo fruncir el ceño. Dejé la canasta en la me
ía un rincón olvidado, mis ojos s
urmuré asombrada, mi corazón latien
a, -murmuré, vig
vámonos. Tengo un muy mal presagio, apúrate», -i
Rápidamente toqué mi pulsera, lanzando un hechizo que hizo que el libro atravesara la barrera como si fuera agua
, confundida y alarmada. Guardé el libro en una bolsa oculta en m
da. Sabía que debía actuar rápido; el libro del destino sin nombre era un misterio que
n fantasma. La noche había caído, y con ella, la oportunidad de escapar sin ser vista. El destino de la
buscando! -ordenaba un guardia con voz de
ó lejos de mí, y yo caí al suelo, mi corazón latiendo con fuerza al ver a la mujer que se acercaba. Su cabello estaba reco
escena en la ciudad de Shenyin? -me espe
estamos en problemas. ¡Niña, nunca haces caso
e ya lo notaste, ¿verdad?» -le res
Ella se burló y lanzó un hechizo que devolvió a la flor a
el mundo alrededor de mí cambió abruptamente. El calor del oscuro edificio fue reemplazado por un frío cortante y cegador. Nos enco
ón de haber sido arrancada de su escondite. A nuestro alrededor, la torm
de nosotras? -pregunté, mi voz apena
ó, una sonrisa que no a
rebeldes. Aquí, en la soledad del invierno eterno, aprenderán el precio de desafi
cubierta de hielo reflejando el fuego infernal que ardía en el abismo debajo. La luz de las llamas
a chica a mi lado, su voz temblo
undirle algo de mi determinación. A pesar del miedo que se
pacio para la duda o el miedo. El crujido del hielo bajo nuestros pies era un
una energía que parecía querer consumirnos. El puente, un camino entre dos mundos, se e
evaluando cada movimiento, cada respiración. Nos detuvieron justo en
ardias, su voz firme resonando con l
garrador resonó en el aire helado mientras caía hacia el caldero brillante.
que pudiera hacer algo, sentí una fuerte mano en mi espalda. Un segundo después, el suelo de
inquieta. Sabía que esto
caldero de fuego se acercaba rápidamente. El aire rugía en mis oídos y mi corazón latía desbocado. En ese