img Cristales Rotos  /  Capítulo 5 Rosa negra | 100.00%
Instalar App
Historia

Capítulo 5 Rosa negra

Palabras:1619    |    Actualizado en: 13/03/2024

estaba llegando a

había pasado a avisarme:

o excusándose de que tenía más tareas por hacer, lo cual fue raro

salón con una mesa en el centro. No era un lugar muy grande, porque,

alón en donde estábamos solo nosotros pero era más grande

cabecera de la mesa, había dos lugare

qué

quello, pero caminé hasta se

rastros de algo parecido, por lo q

si no te molesta -dijo en voz baja

ra nada

icho la

oluto, aunque me detuv

ión", tardé unos segundos hasta qu

ioné intrigada mientras el hacía

el salón, trayendo cada una bandeja de comida. -Desde pequeños siempre hemos

locar las bandejas cuando un apresura

cansancio, debía de trabajar dem

ndamente -el trabajo ocupó mucho más tiempo

la amistad que mantenían se notab

servir la comida, lo cual, en

sirviera lo que quisiera pero, ese e

cuchar y ver a mi alrededor, y me centre en lo hermoso que sería poder regresar el ti

ando todo se acabara, todo

a, solo quedarían cenizas

ché la voz del

e los pensamientos, sin embargo, solo m

sitas algo más, luego me avisas -asentí nuevamente y miré al frente, Wild me veía con desconfianza, lo cu

die confía en ellos? -exclamé

que no confió

vidente -me crucé de brazos,

ente extraño para desconfiar -alegó Wild. El rey estaba callado, evaluando la situac

s, ¿te suena? -e

-hizo ademán de

cioso rey. -Sería más fácil arregl

-declaró en

abras que sabe

grande como para d

ome. Lo cual me hizo darme cuenta de que ha

d, puesto que soltó una pequeña risa, de inmediato, consiguió una mala m

es la capacidad para aguantarlo en tu estad

as ba

ada en contra de eso, así que si me disculpa. Con o sin su aprobación, l

tas luego. -Declaró terminando

sus palabras. Ya averiguarí

.

Lilih? -cuestioné mientras ella

conseguir información. Aproveché que ella se había ofre

o que fueran gritando a los cuatros vientos "Mírenos, tenemos una s

dijo mientras tomaba un f

recosté mejor, la madera de la puerta ya c

ó el frasco en su lugar. Tocó el agua con la mano y volvió a buscar o

odas las cosas? -le cu

oyen aquí den

cir de mi casa -so

uy dura, después

e aquí -hizo una mueca -¿Cómo era allí?-

n la pregunta puesto que frunció el ceño así que me adelante a seguir

Bueno, mi trabajo está hecho. Le dejo antes de que se enfrié el agua. -Se dispuso a irse

corrien

arla, ella se detuvo y ta

-cuest

con calidez, ella me respondió con la misma s

. La extrañaba y mucho. Ella había sido mi doncella toda la vida, tenía

lla, que estaría haciendo ahora qu

e era mis favoritos. Solíamos aprovechar esos momentos para contarnos nuestros amoríos, nos divert

llorando sabiendo que aquella seria nuestra despedida. La apresuré a que se ocultara, no quería que e

arla sola, p

merecía toda la ma

ometido que

.

n medio de

jos, no po

o, más de lo normal. El air

d se adueñó

ndo al límite cuando de las so

escifrable, la oscuridad lo cubría dejan

a, era una respir

ojos, ocultarme.

instante, tal vez

lo

de la cama, intenté agarrar las finas sedas,

mbargo, su rostro seguí

ién

quie

é no pue

é no me

de la chaqueta del traje, la única parte de mi cuer

sale de su cavid

uerpo, tranquilizando parte de mi

istinguía si tenía un color, el color n

an profunda que, de inmediato, mis ojos volvieron a cerrarse,

Anterior
Siguiente
Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY