rza. No era miedo. No era nerviosismo. Era la adrenalina
ustado ni a la defensiva. No la había amenazado con abogados ni con represalias. En su lug
gaba. Ella
op. Su escritorio estaba cubierto de notas, artículos impresos y documentos que había re
e las inversiones, dueño de una de las empresas tecnológicas más poderosas del país. Un hombre sin escrúpulos qu
buscaba lo obvio.
s filtrados, registros financieros y cualquier fragmento
ncontró algo
hubo un período de su vida que simplemente... no estaba documentado. Ninguna transacción bancaria, ningún m
nder? -murmuró, con los
arece así s
e un Hombr
lake Industries nuevamente, esta vez con un plan. Si Alex
ien que pertenecía a ese mundo, aunque lo despreciara. Entró al vestíbulo con el mismo porte
cita con el
e el día anterior la había rechazad
or Blak
terrumpió una voz pro
e estaba perfectamente ajustado, su postura era de alguien que estaba acostumbrado a que el mundo se in
en mí, periodista? -pregun
uzó los
e, Blake. Solo vine a h
Luego, con un gesto despreocupado
mpáñ
hacia el ascensor. Isabella dudó por u
sonido suave. De inmediato, la energía en el pequeño es
er escrito un artículo sobre mí desde lejos, sin ensuciarte las manos.
rió con
campo. Pero ya que mencionas las fuen
giró la cabeza
az
uviste hace
stro de Alexander perdió su arrogancia. Fue solo un segund
io t
lexander salió sin responder. Isabel
ego C
mes ventanales que daban una vista panorámica de la ciudad. Una sola pared t
on fingida cortesía mientras s
o resp
los codos en el escritor
nas respuestas son más pe
, Blake. Me gus
estuviera decidiendo cuánto decirle. Lue
trás. No existí en los regis
or
todo lo que amas, a veces, lo úni
presa. Pero antes de que pudiera procesa
historia, ¿no? Puedes decidir
frustración y curiosidad. Sabía que ha
ha
r rió su
a Ramírez. Porque mientras más intente
miró con
a los hombres
e, como si estuviera d
stá po
la se preguntó si esta historia iba a s