ombros, casi insoportable. Había cruzado la línea, y ahora, sin quererlo, su vida iba a ser diferente. De alguna manera, sabía que no volvería a ser la misma después
las implicaciones de lo que acababa de comenzar. Iba a infiltrarse en el sistema de la familia Blake, a exponer un imperio construido sobre la mentira, la corrupció
el caos estaba tomando forma. Ya no podía vivir en el mismo mundo que antes. La investigación que había comenzado como un simple reportaje
do tan valiente como para desafiar a su propia familia, sino por la injusticia que había quedado oculta durante tantos años. Su hermano había muerto, pero la
magen de Alexander seguía gravada en su mente, su rostro serio y las palabras que le había dicho: "Una vez que entres, no hay vuelta atrás". Aun
der el enfoque. No po
rior. Había algo en sus palabras que la intrigaba especialmente: los documentos que se encontraban en las entrañas del imperio Blake. Se t
s datos que iba a obtener, sino en las personas que lo protegían. La familia Blake no era ajena al poder
e podría ser su llave para acceder a los archivos. Jordan Hines. Un alto ejecutivo dentro de la empresa Blake Corp, con acceso directo a la base de da
ie, pero sus habilidades de investigación y su astucia como periodista serían sus mejores armas. Además, Jordan Hines había sido vi
levarla más cerca de la verdad. Durante ese tiempo, se enteró de una gala exclusiva organizada por Blake Corp. Una reunión de alto perfil en la que los ejecutivos
elegante que poseía. Sabía que no podía parecer fuera de lugar, no podía ser percibida como una infiltrada. Necesitaba que todos
ente nudo en el estómago de Isabella. Las risas y las conversaciones se entrelazaban en una sinfonía de lujos y máscaras, donde todos se m
io, pero siempre mantuvo su atención alerta. Finalmente, lo vio. Jordan Hines estaba de pie junto a un grupo de ejecutivos, conversando an
Se acercó con paso firme, con la sonrisa más tranquila que pudo of
naturalidad, como si fuera una vieja amiga. -Es
a con una mirada rápida, y luego sonrió,
a usted? -preguntó, con una voz su
sional. -Y me gustaría conocer más sobre el impacto de Blake Corp en la co
omo si estuviera sopesando su ofert
bre la empresa, podríamos organizar una reunión privada. -Su tono era amistoso, pe
esperando. Isabella asintió, m
ecto. Me encant
a dejar de sentir que cada segundo estaba acercándola más al borde del precipicio. Había dado