tras observaba a Javier. Su esposo no parecía ni so
cercándose a su escritorio-. ¿Cuánto tiempo l
n la misma intensidad con la que evaluaba a sus oponentes en una negociació
hace
el aire abandon
¿Y no me
trecerró
ocuparte inne
-. Esto no es algo insignificante, Javier. Si alguien nos está s
calma-. He reforzado la seguridad y mis hombres están rastreando cua
e la situación la hacía sentir protegida, pero también inquieta. Él siempre tenía
tó ella en voz baja-. ¿Y si es alguie
o si evaluara si debía decirle la verdad o segu
án contentas con lo que poseo. Gente que haría c
etó los
cio tiene
espondió Javier con indiferencia-. El
idad con la que Javier manejaba sus acuerdos. Sabía que su esposo no era un hombre común. P
esto tiene q
ojos levemente, como s
Pero no permiti
za, pero la sensación d
s ojos, intentando calmar su mente. Pero las pa
iré que t
i ya lo h
jardín. Su corazón dio un vuelco.
so
Movió apenas un poco la cortina y escudriñó la oscuridad. No
silu
staba all
el rostro de la persona, pero la silueta se movía c
con urgencia, girán
ya no
ió un es
l pasillo. Antes de que pudiera llegar a la escalera, vio la pu
puerta s
acia el jardín con el mismo gesto impasible de siempr
na, sin molestarse en o
ntamente el ro
o lo s
está a
ier-. No te preocupes
unció
"? ¿Qué signifi
su tiempo ant
sa persona no vo
oz no dejaba es
ía lo que fuera necesario para proteger lo
su esposo no era un hom
guien no volver
sa persona no volver
scalofrío recor
o de Javier Santos... y
asegurado que todo estaba bajo control, la silueta en el jardín segu
, que dormía con la misma serenidad con la que enfr
la también estaba impresionada por la forma en la que Javier mane
esta vez s
e en la mañana le pediría más respues
Estaba acostumbrada a que Javier despertara temprano, p
s voces lo que la g
hombre que reconoció de inmediato: Gabriel Mont
Nuestros hombres hicieron un barrido en la madrugada
o Ana? -preguntó J
dudó un
n intención de acercarse. Un espía, quizás. Pe
llevó una mano a la barbilla y p
idió in
reguntó, haciendo que ambos h
rvó con una ca
dije
zó los
ece que lo estés
y luego despidió a Gabriel con un leve gest
odo en serio. Especialmente c
minuía ligeramente, pero aú
dad. ¿Quién crees que
omo si hubiera es
-admitió-. Pero hay
ragó
n Her
egó con
in dinero, sin contac
onces
dicó una mir
ceptado que ahora eres mi
ió un es
tus enemigos..
a leve sonrisa,
do de sus hombres de seguridad. A pesar de las palabras tran
a, después de la luna de miel, a
eléfono y mar
n-. Sobre todos aquellos que podrían estar intere
. Y Javier no iba a permitir que
apenas c