a niña sonrió aún más y él la tomó de los brazos de la dama, abrazándola
lo observando la interacción entre Eloá y los otros dos. - ¿Llevas muc
éndose al señor Mackenzie. - Ha p
oá tan cómoda y habladora fue algo completamente inédito y estoy segu
es mucho y no No te preocupes por ella en absoluto, esa. - Estábamos
esentamos a la linda joven. – explicó su discurso. - Tienes razón, tía Melanie – asintió rápidamente el
más amable de los tres hombres y m
aludo, pero solo sacudí la cabeza y sonreí tímidamente. El señor Carter era un hombre muy interesante y par
ti – bromeó la señora, ofreciéndome su mano, pero atrayéndome en un r
presión seria y seria, pareciendo rara vez sonreír. - Brian Taylor – dij
erza de voluntad que tenía, ya q
o el Sr. Taylor me miraba. Luego c
fósiles de dinosaurios, ya que esta era la atracción favorita de Eloá
e interesantes artefactos. y tambi
aparte de la conversación, tratando de ser lo más invisible posible,
y preguntándome sobre mí y el traba
pero por sus palabras, me di cuenta. - No entiendo por qué Martina necesita dos niñeras – dijo en un momento y yo la miré alarmado. – Eloá es la niña más tranquila que he visto en toda mi vida y Martina no trabaj
lo mucho que Nicole quiere a Eloá y
s necesario que me llame señora, porque yo diría que usted y Nicole son como miembros de nuestra propi
detuvo y me miró seriamente, tomándome la mano, rápidamente analicé qué pudo haber causado su reacc
propia hija, lo cual considero abomi
cabeza. Realmente no sabía dónde estaba, aunque tenía bastante claro que estas personas en realidad e
tiempo se limitó a hablar con tristeza con todos. Sin mencionar el malestar que sentía, dado que él siempr
able. Cuando terminamos el recorrido por el museo, todos fuimos a una
n popular 'smartphone'. El señor Mackenzie me había pedido que no us
en una de las mesas al aire libre.
ackenzie, el señor Taylor, que me miraba atentamente, lo hizo por mí. - Creo que es hora de que nos
o completamente roja al sentir mis
a sonrisa. Todos se despidieron y yo solo saludé, alejándome y llevánd
ónito, ya que fue totalmente inesperado. - Eres una joven muy madura para tu edad, Charlotte. Se nota en
señora Melanie – dije tímidamente. - No tienes nada que agradecerme.
ersona muy amable y totalmente diferente a su sobrino Taylor. - Hasta luego, Charlotte – dijo e