Damián

mi vida se convirtió

stial, como el cielo en una tarde despejada. ¡Sí, azules! Brillaban con un

re todo cuando son tan hermosos y profundos como los suyos. Me perd

e todo parecía cobrar vida a su alrededor. Sus dientes, de un blan

lumbrante? Me quedaba hipnotizada cada vez que sonr

ientes alcanzaran esa inmaculada blancura. Los míos

lo hacía irresistiblemente atractivo. Como estrella del equipo de fútbol americano, pose

s se referían como «La inalcanzable», no podía dejar de soñar con él.

idad, pero nunca conocí a ninguna. Su historial amoroso era un misterio envuelto

preferían cambiar de escuela o desaparecer. Era como si huyeran de algo, o de a

adas a la ciudad. Mis amigas incluso insinuaban que podría tener una oport

-

ami

Ser jugador de fútbol americano es realmente agotador. Siempre

hoy hace mucho frío, no como ayer que el sol

ludo con una sonrisa amabl

d? -pregunta sin dejar

ver lo que ella mira, pero su vista n

, inexpresiva, hasta

ado hoy -dice levantándose

, cuando me ve, parece como si mirara a través de mí, probablemente recor

parece cargar el peso de una mirada incesante, como si una presencia invisible escrutara cada uno de mis movimientos. Aunq

o caminaba, más rápido sentía que esa persona que me seguía también aceleraba su marcha. Cada vez que echaba un vistazo furtivo hacia atr

fraganti, pero al girarme solo vi a tres estudiantes corriendo con sus mochilas sobre la cabeza. Sus risas

-dijo uno de ellos con voz

, con su sonrisa travie

no desapareció. Era como si el fantasma de aquella persecución aún se

r la calle de donde habían venido. Estaba desierta, salvo por los charcos que se formaban e

en? -me preguntó una voz

su voz era como una melodía en m

mente en el presente y dejar atrás la sensación de

o Cleo -respondió, con una s

una chispa de curiosida

é, devolviéndole la son

o, alguien que no estaba cargado con el p

ían que necesito anteojos por mis gustos poco conve

facciones suaves y expresivas. Una luz cálida iluminaba su piel morena, re

e parecían tan artificiales. Prefería la belleza natural, la autenticidad que se reflejaba

clima -comentó Cleo mientras caminábamos hacia el interior de la universidad, s

como una caricia entre el tumulto de p

: lluvia en las mañanas, sol al mediodía y frío al caer la noche -comenté

era tanto calor y hoy haya amanecido lloviendo -resp

ro de los pasillos de la universidad, e

el aire mientras nos adentrábamos más y

traerme de la persistente sensación de desasos

niéndose frente a su casillero para sacar una t

la curiosidad en su mir

acercándome para tomar la toalla y empezar a seca

se iba apoderando lentamente de cada fibra de mi ser. A pesar de la gentileza de mis acciones, una sombr