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Historia

Capítulo 5 Hazla pasar.

Palabras:1147    |    Actualizado en: 05/08/2023

por dentro, pero el

rá ido mi boca

rando a que mi deliciosa

uerta principal se abrió y ella entró co

ser que él haya desapareci

me entero de algo

ormar nada. Hubo un largo silencio y

y ella se puso en cuatro patas c

sofá, con las piernas cruzadas y una mano

rocediendo unos pasos, mientras Dey

una sonrisa forzada, pero lo que má

Me levanté y caminé hacia ella, pasando j

no-. ¿Cómo prefieres que te coma, en sushi o asada? -Ella dio un paso haci

suelo, me subí encima de ella y l

te? -pregunté mientras miraba a su alrededor, como

i y te llevarán de v

pide de l

rías dentro de mí, justo en mi estómago -Ella empezó a gritar sin parar-. Tú

trató de escapar, pero

e mi dulce perra -caminé hacia la cocina, to

de escucharla. Le tapé la boca, algunas lágrimas brotaban de s

lo. Ella empezó a devorarlo mientras la s

hillo se hundía una y otra vez en s

omeré algo

razo y le arrojé otro

la mesa. Estaba tan deliciosa que no podía parar de comer. Devoré la mayor p

fono de su casa. Dejé

és tan concentrada en tu maldito trabajo como para no prestarle algo de atención. ¡MALDITA SEA, R

que leí no decía que tuviera una hija.

cerradura de la puerta comenzab

y ella empezó a mover la co

sgarrada, o a una niña tomada de la mano de su padre, pero nada de e

las paredes de la casa, pero tropezó con algu

iar su hermoso vestido esmeralda, pero mis pies

eguntó mientras l

tu madre -dije, ayudándola a camina

siado fácil de

-¿Por qué esté lugar huele tan mal? -

rás hacerlo mejor que

bía miedo, solo extendió las man

blos está

olo quiero tocarme? Solo quiero saber por

a sonrió, luego una lágr

ue escapó d

puso de pie y empez

convertiré

dí en las innumerables cicatrices en su cuerpo, parecían est

y me quité la gabardina, cub

e desaparecer -dijo mientras su bastó

olté-. Deysi, vámonos -le entregué el vestido y salí de esa casa, no puedo comerme

s des

te y poderosa. Ya no soy un tonto que se come a cualquiera, tengo 25 años y ahora soy psicól

estúpidas que se quejaban de sus maridos

3 ha llegado -dijo mi secre

je mientras mordí

S

erminé de comer mi deliciosa

e a mí que mantenía la cabeza baja. Y como no reconocerla, aunque qui

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