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Historia

Capítulo 2 Cloe.

Palabras:1132    |    Actualizado en: 04/08/2023

sus ojos reflejando una mez

spondí, dejando caer la t

secarle el cabello con movimientos cuidadosos. La agradable fragancia que emanaba de sus hebras doradas me envo

rmuré, aún envuelto e

rimaverales, según la etiqueta -dijo ella, una

culpé, aunque en mi interior ansiaba continua

ién estás muy mojado -dijo ella, se

tado de que estaba escurri

jándola en ese punto, avanzando directo a las regade

una, sintiendo cada prenda deslizar

. El agua descendía por mi cuerpo con una serenidad

ón, grabando en lo más profundo de mi mente ese m

mi cuerpo ya no era cristalina, sino roja. Un rojo profundo y oscuro que manchaba todo a su paso

or el agua ahora vibraba con una sensación de placer perverso, mientra

na mueca demente que se reflejaba en el espejo. Me vi a mí mismo, el reflej

fuera del baño. Era amarilla, un color que siempre me había resultado desagradable. Pero ahora, lo único que impo

a visión de esa mancha, mientra

podía ignorar el llamado irresistible que me instaba a volver a casa,

a una eternidad en la que mi mente se debatía entre la

gó mi hora favorita

ner mi determinación de alcanzar la cima. Quería ser capitán, y

entrenador, sacándome de

corriendo hacia la cancha para sumergirme una

lugar, perdida en la imagen de Chloe parada al final de la cancha,

ó uno de mis compañeros, sacu

en mi visión, reemplazado por la imagen fu

segundo más, me sumergí de nuevo en la vorágine del juego, dond

o de un juego de prácti

rreglado. Los demás pueden retirarse -dijo

r del cuerpo y luego me dirigí h

l, mirando su tabli

-pregunté, coloc

ar entre los jugadores, pero tú estás utilizando eso como excusa para desquitarte con tus compañeros. Lo siento mucho, pero me

ipo, entrenador? -pregunt

aunque no lo maté para ser expu

expulso, enfrentaremos proble

e no seré el capitán?

ami

tenso y una sonrisa siniestra se dibujaba en mi rostro mientras sostenía un bate que no recuerdo habe

jo el entrenador, exten

sa de ser el capitán, pero en cuanto las cosas se complican, me

ándose la mano y soportand

eaba sin piedad. Su cuerpo yacía en el suelo,

z en la cabeza, haciend

un lugar tan pequeño es deprimente. Tendré que solicitar a la Dirección que me asig

azo el vestuario

mi camino hacia allí, m

r mi perfil, seguir la novela y

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