muestra rápida de ambos para confirmar todo. No
su mirada fija. -No habrá ninguno, Katy. Rainidy es
inidy los observa a ambos con los ojos muy abiertos, su entusiasmo disminuye ligeramente. Siento que surge una oleada de protección, queriendo pro
cabeza me dice que una prueba de paternidad es lógica, pero mi
a habitación a través de las puertas corredizas abiertas. Mi corazón se aprieta al verlos juntos, tan naturalmente conectados
interrumpiera sus planes cuidadosamente elaborados mientras me ignoraba fríamente. Finalmente, habla: -Rain, tienes pr
le que no estoy disponible-. Mira a Rainidy a su lado con una rápida so
erece conocer a su padre y ser parte de su vida. Pero al verlos alejarse juntos, el abismo entre mi vida y la suya se siente inc
ratando de alejar mi inq
es un torbellino de actividad, con luces probándose, parlantes zumbando y roadies transportando equipos.
lido. -Se siente como en
ra. -Sí, un poco. Ha p
las de asientos vacíos esperando a ser ocupados. Sam le sonríe y luego le lanza a Rain una mirada de complicidad, una que hace que se me retuerza el estómago.
parpadea en su expresión. -¿Qué piensas,
do una sonrisa.
or la multitud. Intento concentrarme en lo mucho que se divierte Rainidy, pero mis ojos están pegados a su padre. Rain domina el escenario con una presencia que casi había olvidado: cruda, convincente, imposible de dejar de mirar. La multitud ruge m
que lo escuché cantar, y de inmediato me sentí atraída por su energía, su pasión. Y ahora, de pie aquí con Rainidy a mi lado, es como si esos recue
nte y tiene las mejillas sonrojadas. Ella se vuelve ha
saliva. -Sí, cariñ
íos y, por un momento, estamos solo nosotros dos en el caos de la multitud posterior al espectáculo. Hay una
ansiosa. -¿Podemos volver otra
toma mi mano. -¿Qué dices, Katy? Piensa en R
ro mi corazón se sient
vacilación en mi voz, per
vanece en un ceño de advertencia y baja la voz. -Tengo un auto esperándolos afuera. ¿Por qué no lo
se fortalece con cada momento. Intento alegrarme por ellos y dejar de lado mis preocupaciones, pero es difícil. No es oro todo lo que reluc
resión pensativa. -K
e llena el espacio entre nosotros. Se apoya en la barandilla, c
ainidy, de todo esto. Pero quiero que sepas que no estoy
o sé, Rain. Es sólo que esta no es la vida que quería para ella.
dad. -La vida no tiene que ser así para ella. Ella te tiene a ti.
do y el que construí para ella. Pero el miedo es demasiado real y los recue
de la mano, su mano rozando suavemente mi mejill
trocedo, mi corazón late con fuerza mientras sacudo la cabeza. -Rain... e
o. Pero eso no significa que debamos fingir que los sentimi
o, vuelvo hacia la habitación y dejo a Rain parada en el balcón. La noche tranquila se extiende entre nos