img Caricias de chocolate |AFL Libro 2|  /  Capítulo 4 4. | 9.52%
Instalar App
Historia

Capítulo 4 4.

Palabras:2529    |    Actualizado en: 06/08/2023

e carcome el cerebro. Miro mi celular, en específico el nomb

n, no quiero arruinar el ambiente de trabajo porque no me conv

e para

ntención. Sin embargo, estaba bastante susceptible,

pido disculpas, no he podido dejar de pensa

o, lo l

viar. Unos largos segundo después, me l

je de

bastián. No vuelvas a disculparte por ser quien eres, al parecer así va a ser nuestra relación: cuando estés suscepti

er que mereces ser disculpado una vez más. No o

rá y la estaré esper

ches, señ

, llevando mi almohada a la

á bien. Par

**************************************

emos trabajado en nuevos encargos, exitosos por supuesto, pero n

uitarme esa mirada inspectora suya como si hiciese notas mentales. La he visto con u

a la realidad. Alzo la mirada en busca de sus oj

ón de varias compañeras. Hay un deje de vergüenza en su mirada, pero

onal —añade, acercándose a mí con los brazos cruzados—. Estoy su

las noches —me burlo, volviendo mi mira

ulla, saliendo

que aún está un poco dolida por lo que pasó el lunes, pero he tratado de llevar nuestra relación, c

ue ha fu

ener la plaza fi

de cobros al cliente. Se tensa cuando nota que me est

lar con usted un

eñor Díaz? —preg

las —

dice nada. Federica suspira y asiente, alejándose

—pregunta, al

e saco de tus casillas, pero a pesar de todo, nuestra relación es tranquila. Espero n

e algo te pasó el lunes y creo que cualquier cosa te hubiese hecho ex

hacia adelante—. Me arrepentí al segundo en que

rente —aclara y yo sonrío con

ago el inocente, sin quita

estás haciendo! —responde, dándome

paz. Me conviene llevarme bien con ella, si la situació

rmana. Ruedo los ojos y niego con la cabeza: quiere ir de fiesta con sus c

ese tipo de sitios. Tengo 25 años, no soy un anciano ni nada por el estilo, pero es

mpre. Ella me mira y rueda los ojos, cosa que me hace reír un poc

ja alzada. ¡Siempre a la defensiva, por Dios! —. La much

ere, buscando dentro

ablaba con mi hermano —respondo—. Au

mi prima es una persona un tanto difícil, tu hermano un imbécil. ¡Creo que es ge

o, rodando los ojos—. ¿Y p

oces? —pregunta, f

ma escuela —respondo, ocultando un po

—. Gabriela también y va a la misma escuela que ellos. T

rmuro, mirando hacia

eb

mo ofrenda de paz, de forma amistosa. La encaro,

re y yo me tenso de inmediato, irguiéndome en mi puesto.

otros —contesto un poco tosco y suavizo mi

, alzando las manos en señal de paz—.

do y me acerco para dar

e mi gesto pero sigue su camino como si sus meji

acer —murmuro para mí mismo, ant

laza fija por

**************************************

stina. En lo único que Mauricio y yo estamos de acuer

n Café Toscano, cenando con el dueño y amigo de Mauricio, Aarón. Trato de asist

e lo más profesional y maduro posible, noto su mirada dura sobre mí

l restaurante. También

sonaje muy divertido. Tengo que admitir que la hermandad que veo entre é

serva detrás de mí. En un momento se levanta, excusándose con que tiene que ir al baño y yo le sigo

tá en una cita ya que hay dos copas de vino en la mesa y se ve impaciente. Me sonríe por cort

a de ese idiota desde que empezó a estudiar, hace cuatro años,

e evitaré el dolo

o campo de visión. Está muy bonita, cosa que no

e Montserra

etulante en el rostro. Entonces, algo hace clic: ¿Acaso Maurici

se. Cristián le entrega su saco a Gabriela, colocándoselo sobre los hombros y ella s

erdiendo de algo. ¿No y q

rtamento que comparto con Montserrat. Frunzo el ceño

tar esa cara de imbécil —me dice, en

burlo de vuelta, recordand

iendo televisión cuando llegamos y brinca a abraza

gunta ella, enroscando sus bra

s. ¿Todo bien en clases? —pregunta él

n y yo somos los mejores de la cl

sponde con

e y, en vez de tomar una actitud sumisa como todo el mundo, le cantó las cuarenta. Me parece diver

a voz de Federica se abre paso en m

restaurante se repite en

con mis compañeros de la esc

yo al unísono, ganándonos una m

e él y corriendo en dirección a

no estoy para

so —respondo, lanzándome sobre el sofá—.

, pero nunca el chasquido que genera el cerrar la puerta. Miro sob

antándome a cerrar la

a la prima de Gabriela? —sale M

s términos —hablo, pero lo pie

que se queden en el depa y si Gaby me dice

ca irá? —pregunto, end

saben que ustedes van, porque van a ir

orita va a salir con Montse mañana, es probable que acepte. ¡

un imbécil se le ocurre propasarse con alguna de ustedes, ¿podrá solo

ue mejor te quedes —ironiza, sonriendo con mali

le digo, rodando los ojos—.

ela —se burla ella, rien

do el extraño suceso en el res

jas. Buenas noches, hermano —me dice, abrazándose a mi c

—respondo, ganándome

ando de mis labios. Ha sido una larga semana, ajetreada, un poco diver

e le queda muy bien, aunque no lo admitiría en voz alta. Además, me he dado cuenta que siempre tie

a testaruda? —me regaño en vo

uelta para quedar sobre la misma y me quedo dormido pensando en

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY