da
cho tiempo? Sus voraces ojos me miran con dulzura y dureza al mismo tiempo, me pi
recordando lo enojada que estaba conmigo, me dan ganas de
le la pena tomar el riesgo. Su temperamento era como el interruptor de una bomba, interruptor q
ba tanto a
, sin embargo ella era más que cualquier mujer que haya visto, incluso antes de toda esta mierda. Parecía tan madura y tan llena de secretos. Lo que más me llamaba la atención, era q
aquella pequeña caja de pandora, p
ronca. Su mirada parecía penetrar en mi inter
–pregunto, y al fin pude divisar una
dido y descarriado.-dije con
ios, automáticamente sonreí yo
e sentía como la tensión que antes había, se d
antaba su barbilla, parecía querer intimidarme. Que equivocado que estaba. Seguro era su amigo. Así que un desafío nuevo ¿eh? Lenta y me
dam. Es una larga historia.- trata de expl
uble carácter de chispita.- digo mientras alzo mi cabeza u
ar a algún desconocido, maldición Lhea.- hablaba mientras miraba a Lhea, quien paso de la cara de incertidumbre a la de enojo, puro enojo. No podía
defenderme sola, y tú deja de reírte o te bajaré tus dientes. Paren ya con su lucha detestable, esto no es
rría mis labios, nadie me la quitaría, no la cambiaba por nada. Me fascinaba tanto su temperamento, tan pequeña pero tan explosiva, no podía explica
un cuerpo de reloj de arena y su largo pelo color miel llega
yo ¿Alzarme a un jodido zombi? ¿Llevarle carne fresca d
antener una conversación por más de dos minutos. El bosque terminó y junto con el todos mis errantes pensamientos. Al lado de la vieja carretera un Charger 69
n encaprichada, los brazos cruzados sobre el pecho, mirando adelante, hacia un punto inexistente, parecía el berrinche de una pequeña niña. Me resig