uria, patada tras patada, sin em
to id
on en mis hombros, grandes y fuertes. El calor
jo a mi oído, obviamente lo reconocía, er
e, para quedar cara a cara,
a sonrisa encendía algo en mi in
énfasis en cada palabra, mientras empujaba su fornid
omo cansado y tomo
no porque lo quiera. Anda, vamos a buscar a tu novio.-
, realmente lo odiaba. Com
una sola palabra ¿Lo entendiste? –Aclar
z, aunque no podía pasar por alto que un comp
ado, hizo efecto en mí, me acerque a
frente el idio
orsegos y una fina camiseta blanca arremangada, de la cual se podían ver retazos de sus tatua
permiso para mirar.- definitivamente lo odiab
avor.- implore,
hace tu novio para soportarte.- decidí seguirl
i mejor amigo, ¿Por q
resa. Sé que no es tu novio, nadie en
ar, levante mi mirada para confrontarlo, no
sus ojos, ninguno podía apartar la mirada,