taban indiscretamente. Aunque no lo voy a
snudo dejaba apreciar su definido cuerpo y sus abundantes tatuajes. El grabado de estos, se extendían por todo su brazo izquierdo, hasta cubrir su pectoral. U
e inclinó, sus ojos no se apartaban de los míos, la distancia entre nosotros era d
car. Sentí como la sangre subía hacia mi rostro, ardía de la furia, ¿Quién se creía
tu trasero.- no parecía intimidado en lo absoluto, al contrario,
reo, debes comportarte como niña.-Soltó con
se, tratando de calmar las cosas, ya me había olvidado que el
r conocerte, pero debo volver, mi amigo
noche por lo menos a dormir?, tu amigo también puede ve
volver. Me dirigí hacia la puerta,
ose con cariño, ni me moleste en regres
de cosas? Que poco caballero, estúpido, lo
or los dioses y esos tatuajes que contrastaban a la perfeccion con su piel. pero hice mi mayor esfuerzo
n realidad me dolía lo que el pensará. Mi ego estaba profundamente dañado y m
e viera de esta manera. Necesitaba descargarme y sacar estos sentimientos en