img Stone Heart, saga Elena 1  /  Capítulo 5 Una pandilla feliz y loca. | 100.00%
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Historia

Capítulo 5 Una pandilla feliz y loca.

Palabras:4029    |    Actualizado en: 02/02/2023

ítu

uaciones que esta. Alcé la mirada y observé con semblante contemplativo el cielo nocturno. La luna y las estrellas par

me giré y arqueando las cejas de la manera más irritante posible encaré a mi eterno calvario y fast

argos se sostenían de sus estrechas caderas. Su cuerpo era como el de un galgo, de músculos delgados pero poderosos. Su corto y alborotado cabello rubio blanquecino contrastaba contra su piel dorada y enmarcaban un rostro de

flotar en la libertad d

rque sospechaba de mi más que otros munda

io de tanto cubano y razas mezcladas. ¿Será por eso que no

de irritación, llenando sus ojos normalmente fríos eran más que suficiente afirmación. Si fuera

z era como estar parada en medio de la noche

a por escalar. Pero el infierno primero se congelaría y en Cuba nevaría antes de que le dijera algo como esto. La honestidad estab

ejas señoras de una época pasada que pese al tiempo no habían perdido todo su esplendor. Eran vesti

ncia separaba su casa de la mía. Una de las razones por la que vivía en Vista Alegre –antiguo barrio de r

didades de sus normalmente sin expresión orbes azules. Era cuando su expresión s

én er

tipo de actuación precipitada no tenía ni pizca de diversión y pinchar su temper

Mi pie lesionado dolía, así que... ¿por qué estoy aquí cuando bien p

e su número? - le di una mirada ligeramente burlona

camiseta fina de mangas largas y un par pantalones chándal para dormir. Me

ecesitaras. -Apunte

e muerte, mi sonrisa c

a. Te preguntaré de

í la tentación de pararme en firme, saludar

ía apreciado ni por Lukas ni por mi p

saber? ¿Tan interesado estas en mi v

los de dentro hacia fuera mientras capturaban la luz de la luna. Ser capaz de llenar sus ojo

ó el ceño. -Solo no perturbe

a secuela del accidente que le había costado su grado dentro de las tropas espec

a un bien importante para un mercenario que dependía de su resistencia física, habilidades marc

qué sa

mantenido viva durante veinticinco años. Las pocas veces que no lo hice, me curaron de es

sobre sus pies descalzos y me encaró. Pareció

de forcejeo y s

de esta persona? En ese momento entendí que debía cablear la casa con un sis

é enco

esas miradas

ugando con más de lo

rrogante. "Un día, llegaría el día en que esta idiota te

as se trasladó a

e. Para el resto del barrio y encantadores vecinos, vivo con mi primo –un informático loco-, s

uerta de Lukas se cerró tan suavemente como caminaba su dueño. Con la mandíbula

ve cayendo desde arriba. Sacudí la cabeza, era un día raro cuando el hombre que

r fin me aseguré que no había un Armaged

hasta el cuarto de baño, lugar donde procedí a saquear las existenci

lrededor de mi púrpura pie, serían más que suficientes para este

de alto nivel. No, cuando una sola de estas pequeñas bastardas costaba más q

desagradable sensación pegajosa en mi piel, le di una mirada

ducha se sacudió y resopló, pareciendo un buen presagio. Sin embargo

alle, eso solo significaba una cosa. Mi mirada reposó sobre el cubo

omo a mi pie no le apetecía en nada acarrear agua desde los tanques, me decanté por un s

rior. Indicador de cuan desesperanzadora era mi situación porque dormir casi desnuda en una región famosa por su act

escandalizada de Lukas y mi hu

te caí nuevamente entre los dulces brazos de Morfeo

omprendí que por alguna razón era cada vez más difícil respirar. Un peso considerable se asestaba sobre

nas con algo de actividad sináptica en mi cerebro comenzaron a desfallecer. Una oscuridad familiar empezó a mordisquear los bordes de mi consciencia. Mi corazón pateó

eza y aspiré una titub

e los pocos seres que podrían acerca

roneante respuesta que me llegó a tra

í, tratando de tumbar

e unos minutos de forcejeo. No así el de mi espalda, pero al menos y

ero eso no me disuadió de seguir asp

el aire podría

i espalda. Su cuerpo era robusto y de pelaje gris atigrado semi largo de rayas negras. Una cola esponjos

haciendo a

ientes en mi dirección. Tragué saliva y por una vez me pregunt

hice

o ahí. Sin embargo, hice una mueca, porque tener siete kilogr

on la forma de hombrecillos color marrón, estos ayudaban con los q

tros, también aborrecía seguir cualquiera de esos absurdos estereotipos.

ersona necia e irresponsable como tú. -estrechó los ojos, luego

u

cordar que había hecho esta vez para desatar su ira, pese

cuando era una niña- me enterró las garras una última vez para remarca

ando el sonido ronroneante que

hay una notificación del Grem

y le mi

cama. No me apetecía para nada hacerle una visita al Enclave y con solo pensarlo sentía mis dientes chirriar. Por nor

rsona. Carne y huesos.

ortos avancé hasta la cocina-comedor. Lugar donde encontré a mi alegre pandilla alrededor

ina se juntaban cerca una de la otra con el tipo de intimidad que solo una pareja c

ra tan empalagoso que hacía mis dientes chirriar, y m

ída y con una dulce expresión distante ella era el reflejo del árbo

r tu árbol con mucho cuidado para no dañar sus raíces y todo estaría bien. -Me coloqué

laptop cualquiera, siempre y cuando ignoraras las series de pantallas holográficas proyectados desde esta. Varias t

os de inocencia. Piel roja y tersa se tensó cuando sus labios rosados s

pantalones cortos rojos y un gran pulóver gris c

l. Como siempre los pantalones solo le cubrían desde mediados de muslos, facilitando la vista del lugar desde donde sus piernas dejaban de ser humanas para convertirse e

sa humeante de café cerca del sátiro. Me estiré para proce

ron se quejó en voz alta mientras le

l chícharo. Byron resopló de malhumor, le ignoré. No faltaba más. El sátiro se dio la vuelta mientras refun

o la mudanza. -Me

ación de quemazón en la l

me hizo sentir sola por

lvió a r

mpetu a mi pobre teclado. - Estamos cuadrando el próximo lugar donde viviremos

erras, la contaminación ambiental, la erosión de los suelos, el descongelamiento de los polos e hice una mueca,

es solo un Reflejo más. ¿Imagi

espejo no emitía reflejo alguno sin algo que

visar el corr

o. El aroma a flores y árboles llenó

ncos, ¿era que no había nada privado en e

ra exagerada y en seguida me traspasó con una mirada de ojos risueños. La pie

rreó. -Porque la reunión e

los latidos de mi corazón y seguir el deslizamiento de esa gota de transpiración bajándome por l

l regazo de su marido e inmediatamente derrapé a toda velocidad fu

tres minutos después, frotaba con desesperación una mullida toalla de

de regresar a casa. Al trabajar como mercenaria, tengo licencia y credenciales suficientes como para saltarme todo el burocrati

usto de mantener mis manos llenas y ocupadas, solo en

. No estaba limpia, pero estaba agradeci

a carga de blasters, una camiseta sin mangas y un par de botas de combate con puntas y talon

a caoba antiguo, otra herencia familiar. Di un rápido repaso a la mujer reflejada en la superfici

os azul hielo, piel pálida y un poco pecosa fueron un regalo de mi bisabuela irlandesa que

a mujer en

asistir a una reunión así que consideré excesivo cargar tanto

on cerca de mis muslos buscando por una funda que no estab

uarenta y período del machadato en Cuba, mi abuela conoció el estilo neocolonial californiano, una hermosa dama con vestigios e influencias norteamericanas e hispánicas y que aun así se las arreglaba par

sa, acabó como siempre accediendo y así los Castillos terminaron instalándose luego de una vida de peregrinación por toda Cuba y

ina. Mi estómago rugió protestando, cuando simplemente seguí de

stema no sería más int

ente a mi derecha y me volvía sutilmente. Capté por el rabillo del ojo, la bolsa de papel volando en mi dirección igual que un proyectil. Con un

estómago no se verá en la nec

stas perdonada. Aún tengo pensado pela

ueca. Más me valía pensar rápidamente en una solución, o en

s. Reírme en ese momento sería malo para mi salud física, así

¿Lo malo? Que me dejaría con una mano adelante y la otra atrá

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