a seguir, leyes marcadas por estrictos manuales religiosos, siempre creí en Dios y en su bond
s esperando la atracción ferviente hacia Eunice terminara, todo era en vano, mis día
ente a mis padres y todo el pueblo, el lugar donde radico es pacífico lleno de vegetaci
sin cesar la aprobación del párroco en la iglesia, con devoc
ento más crucial en mi vida, mismo para el cual un joven incauto de 17 años n
dulzura el momento en el que tome la decisión más drásti
a tan corta edad el sentimiento de culpabilidad por este amor , este pecado que me at
rioso de mi existencia hasta este momento, la revelación que
rtes y luminosos que solo los valientes se atrevían a exponerse a su rigor. Yo aun con pocas responsabilidades decidí
compás de mi cuerpo, es ahí donde repentinamente escuche su voz; era Eunice al oírl
ar totalmente inadvertido pues Eunice estaba acompañada
ser artistas de alta rango, al principio era más mi curiosidad, pero después comencé a seguir
o podía dejar de admirarla, jamás había encontrado semejante pureza en un acto sim
etrificado, su cabello, piel y labios me enloquecían pero después de ver el girón de su vestido desplegando bel
decidido vivir en la hipocresía y el pecado, lo prefiero pues he encontrado