nía en su mejilla izquierda, no se comparaba con el que ya
as punzantes, casi electrizantes, de dolor a lo la
le doliera, el verdadero motivo e
violenta y volátil que su madre había c
moti
guardaba la droga, algo que era completamente falso ya que no ha
el cruel hombre, de esto se dio cuenta la pequeña,
y denigrarla, para desahogarse de fo
tro compungido, caminó por las calles de
n pasos lentos hacia el lugar, retrasand
o era sin dudas una fachada, un claro encubrimiento de los verdaderos fines ilícitos
al enorme hombre de aspecto osco y sucio,
no era despreciado por la pequeña Daphne, t
ra, sin embargo, gracias a su hábil mente podía ma
-gruñó el homb
sponder, hilando las palabras de forma perfecta, c
queña, arrastrando las palabras, al mismo tiempo que deslizaba una mano tan clara como la luna en su bols
hombre tomó el paquete que la niñ
solver sus asuntos?-escupió el hombre luego de contar el di
e tranquilidad al notar que había enviado
o tuvo pelotas?-ronron
aron una risa profunda d
. mejor mantenla dentro de tu boca-aconsejó el hombre h
portaban las consecuencias de sus palabras, al mismo
ro que debía, sin embargo, ella sabía bien que solo era cuestión de t
r algo por ell
ensamiento, no notó la presencia de un muchach
hacia un callejón, y antes de que ella pudiera r
Mickol Suria?-es
enfocar sus hermosas facciones
con el Oso-gruñó el hermoso chico de ca
no mi padre...¿tu eres el Oso?-preguntó la niña, sin enten
n se apartó de ella y bajó el cuchillo. Sin emb
ió él, al mismo tiempo que comenza
ella comenzó a hablar, incapaz de
es tu nombre?-
observar a la niña durante unos instantes, en los que
l tuyo?-dijo el muchacho de cabello c
la con una hermosa s
mente los suyos y abrió aún más sus oj
testó él, antes de darse la vuelta y marcharse del c
n su rostro, la pequeña niña de cabello tan negro como la noch
o no lo vo
vida» se dijo a sí misma mientras comenzaba a
--
sonó a través del cuerpo lastimado
que eres una mujer sabes que yo soy el amor de tu vida-
e las palabras comenzaron a fluir de sus labios como
a molestar al hombre, como si no estuviera d
respuesta, sus ojos negros como la noche pa
sus labios resecos, al mismo tiempo que tomaba el rostro de la mujer con fu
vida. No te preocupes mi amor, tenemos mucho tiempo para que te des cuen
ue la hermosa mujer fuera capaz de morder sus l
ico para no notar que no estás enamorado de mi, sino de una ilusión. De u
acercar aún más su rostro al de ella, sujetándolo con fuerza mientr
Él ama a Elena, sin embargo tú te convenciste que el te a
te a aquella cruel verdad. Se había mantenido firme ante la idea de una vaga posibi
historia-gruñó él solta
jos cargados de depravada maldad, por el contrario, m
do» se recordó a sí misma antes d