los pensamientos de decoro se desvanecen por esta conexión innegable. Mi cuerpo responde con un fervor que coincide con el suyo, las manos
os separamos bruscamente, como dos imanes que se repelen por una fuerza invisible. Allí está Oliver, enm
el pesado silencio que nos envolvía a Owen y a
e apenas unos momentos me había consumido. Asiento en silencio, todavía conmocionada por e
toda una conversación. Sus ojos, oscuros e inescrutables, sostuvieron
e salir
repente y me muerde la piel donde antes había estado el calor de Owen. Los copos de nieve, suaves hace u
igo decir, mi voz más fi
bros. Es una barrera, un escudo contra la confusión que amenaza con abrumarme. Mientras volvemos a la casa, el sonido de
lugar, la sensación de los labios de Owen está grabada en mi memoria con tinta permane
un apretón que es un poco más que amistoso y m
es con Oliver... o si es con el hombre que n
be
o que no tiene nada que ve
mucho más cómodos de lo que son, navegando sin pensar po
un abogado; no es un trabajo que alguna ve
va exactamente
o suena. El nombre de Oliver aparece en la parte superior y no puedo evitar sentir un nudo
No puedes seguir quedándote en mi casa.
tan sencillo, como si no hubiera hecho los cálculos cientos de veces y no me hubiera quedado corto. Cuatro herm
llaman la compañera de
uy b
z corta mis pensa
no llega a sus ojos. Parece tener unos treinta y tantos años, serena y profesio
ra directa, y parece bastante agradable, espe
l bolso y poniéndome de pie con una sonr
a empezar el día? "Nora me extiende la mano y y
uesto",
del señor Taylor, sus principales responsabilidades incluirán administrar su agenda, atender llamadas y manejar corre
ro asiento, y me esfuerzo por concentrarme en lo que está diciendo en luga
rantizar la confidencialidad en todo momento", continúa Nora mientras recorremos el laberinto de c
dido",
i segundo nombre después de meses de pretender que todo
idrio esmerilado el nombre "Owen Taylor". Se me acelera el pulso; una
e este tipo no es Evans, después de todo, pero nunca me he olvid
antes de entrar?
parecer más segura de lo que me siento.
una última cosa que debes saber: el señor Taylor puede ser... bueno, un poco imbécil a veces.
endido por la c
ndo, y una risa nerviosa
ar con los cambios de humor de Oliver, estoy basta
romiso puede parecer... equivocado". La mirada de Nora se suaviza. "Pero he trab
adecida por su sinceridad. Nora asi
sto?" ella
siempre", respondo, tomand
nocer al infa
amplia oficina que está detrás de ella. La habitación tiene lí