que van desde el piso hasta el techo y que revelan una vista
e personal está aquí "anuncia No
la mañana, con su postura erguida, exudando un aire de autoridad incluso en silencio. Mi pulso se ace
e recuerdo. Solo un jefe.
o se da l
r, el hombre al que nunca esperé volver a ver, y mucho menos sentarme frente a él como mi jefe. Sus o
era el fantasma de la Navidad pasada... y sé
se Owen, no pu
w
o la puerta de mi oficina se abre sin hacer ruido. Levanto la vista
i nueva asistente... y esa
lidad me golpea de golpe. Ella se queda congelada como si la hubieran clavado en
voz resuena en mis oídos. Esa noche, bajamos la guardia y nuestros labios se encontraron en una colisión impr
ndo en lo alto, el recuerdo de su sabor se mezcla con el a
ra como es, se desplaza desde su rostro helado hacia el lugar donde su blusa, de un blanco sencillo y práctico, delat
pero importa porque es Rebeca, y cada m
a de correo? "pregunto con un tono
encontrar su lugar en esta confrontación inesperada. Pero el aire ya
eso intento
Esta es tu nueva asistente personal. "Hace un gesto hacia Rebeca con un gesto que parece d
encioso en sus grandes ojos marrones, una especie de súplica de compr
s me saben a ceniza en la boca. Confié plenamente en Nor
a complicación qu
quién estaría trabajando tan de cerca conmigo. Porque por mucho que quiera negarlo, la ver
uiera
eñor Taylor? "
decir, aunque siento como si cada sílaba sal
eca es suave e insegura, no el tono c
i contra mi voluntad. La forma
e es como un toque, un susurro sobre mi piel. Y maldita sea, el
n Oliver. Mi hermano. El solo pensamiento debería ser su
lo
tratando de recuperar la normalidad". ¿Es
responde Nora, sin darse cuen
iente, sino que es demasiado
. Gra
sonido de su respiración, el sutil movimiento de sus pies sobre la lujosa al
do la silla que está frente
resistiré la atracción de su gravedad
esbelta figura rígida y las manos entrelazadas c
a que yo pueda decir o hacer. Es un marcado contraste con la chica despreocu
se estremece casi imperceptiblemente y yo me maldigo mentalmente por haber
ra a tragarse toda. La distancia que nos separa parece de kilómetros
ncio de la oficina. El aire está cargado de una tensión que me resulta demasiado familiar, una corriente p
suave pero firm
que eras tú, no te
o muy profundo en mi interior. La mortificación florece en su rostro y puedo verl