nuevo presidente del hotel. El mismo Alejandro que había desaparecido de mi vida hacía diez años y que ahora reaparecía de manera inesperada y disruptiva.
go distinto en él, algo más profundo detrás de su sonrisa tranquila. Sin embargo, había sentido la misma tensión q
mpieza, pero su presencia seguía invadiendo mis pensamientos. ¿Por qué tenía que ser él el presidente? De todos los
inercia, cuando de repente lo vi otra vez. Alejandro estaba en el vestíbulo, hablando con un grupo de gerentes. Vestía un traje perfectamente
un segundo, sentí como si el tiempo se congelara. El ambiente era tenso, y podía notar que él también lo sentía. Hizo un p
ación. No podía evitarlo, ver a Alejandro de nuevo me había removido recuerdos que pensaba enterrados. Me sentía
o escuché el sonido de pasos acercándose
ó Alejandro, su voz
rentarlo, no ahora. Pero no tenía escapatoria. Me giré
atando de sonar casual, aunque
, con esa misma mirada de preocupación que había visto antes-. Sé que nuestra co
ndo cómo la tensión aumenta
tió, su expres
de tu familia, lo de tus estudios... no tenía ni idea de lo q
así, Alejandro. No fue tu culpa. Yo tomé mis decisiones y viví co
bras adecuadas-. Solo que pensé que lo sabíamos todo el uno
menzaron a temblar ligeramente, y bajé
-. Fuiste a perseguir tus sueños, y nunca te detuviste a mirar atr
con calma-. Solo quiero saber si podemos
después de todo lo que habíamos pasado. Después de todos lo
e -respondí, sinceramen
paso más-. No quiero perder la oportunidad
y evitar este dolor que solo parecía aumentar con cada palabra. Pero, por otro lado, había una parte
mplicado -murmuré, sin atre
mente-. Pero podemos intentarlo, paso a paso,
nalmente, él dio un paso atrás
a -dijo, con una pequeñ
ón latiendo rápido y la mente hecha un lío. "Estaré aquí", había dicho. Pero, ¿y si no era suficiente