fundida que nunca. La conversación me había dejado con un vacío, pero sabía que tenía que
is compañeras me de
imperial para el nuevo presidente. Ac
de no pensar en lo extraño que se sentía todo. Al llegar, me puse manos a la obra, tratando de
aba concentrada cuando, de repente, la puerta se abrió de golp
rápidamente, el cor
lo único que pude ver fue un pecho desnudo frente a mí
na voz que recon
a vista, lo vi. Era Alejandro. Mi corazón se detuvo por un
rocesar lo que estaba pasando. Alejandro me miraba como
esidente? -pregunté en v
na sonrisa incómoda-. Llegué hace poco, pero
nuevo, en esa situación, me había dejado sin pala
eñalando su pecho desnudo-. No sab
ras, y giré para salir del b
ro antes de que pudiera dar un paso más, sentí l
jo en voz baja, ca
de su mano en mi piel me hacía temblar, no de miedo, sino de nervios. Todo es
í? -preguntó, y su tono me
o había algo en sus ojos que me incomodaba, como si e
tando detalles. Sabía que, con
minar la universidad. ¿Qué pasó, Sofía? -La pregunta era directa, p
arle. No quería parecer débil ni hacerme la víctim
más firme de lo que esperaba-. Tuve que dejar la universidad para ayuda
is palabras. Lo veía fruncir el ceño, como s
.. -comenzó a decir,
de repente... todo cambió. Tú te fuiste a vivir tu vida, a perseguir tus sueños. Y yo... -H
ron de mi boca, pero no podía detenerme ahora. Alejandro m
abas pasando por todo es
taba harta de fingir que todo estaba bien-. ¿Habrías dejado todo por venir a ayudarme? No, Alejandro.
ras. El aire entre nosotros era tenso, cargado de un
ión... -empezó, pero de
ando mi tono-. Solo... solo que las cosas no s
entre ambos. Nunca había imaginado tener esta conversación, y mucho men
stoy impresionado. Has hecho mucho más de
ndo procesar lo que estaba diciendo, pero no pu
dome un poco más abierta-, per
te, como si entendiera, au
jo finalmente-. No quiero que las
ante años estaba saliendo a la superficie, pero no estab
ré, sin compro
intiendo la distancia física entre nosotros
ndo recuperar un poco de control en la situ
desconcertarme en nuestra juventud, y por un i
. Volveré a vestirme. Pero no hemos
ño. Él se giró, caminando hacia la habitació
a que pasarm