img La tentación del CEO  /  Capítulo 4 Cambios | 6.90%
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Historia

Capítulo 4 Cambios

Palabras:1669    |    Actualizado en: 19/06/2024

o no saldrán perd

¿no generaría problemas eso? Mi mente estaba llena de int

a la igualdad, pero por supuesto, sabes que mi apellido es Hidalgo y como sea termin

me pida... —resp

e cambiará será tu lugar de trabajo. De todas formas, la empre

ajo

ya manera de darle un giro a mi vida. Seg

sp

a esto a mí? No creo que se

as capacidades y habilidades de cada empleado. Tú, a parte de ser mi hija, eres

dio mucha

le secretaria

un CEO es un puesto bastante alto. No lo

secretaria

reí

sa —proclamó, decidido—. Sé que Salomé y tú no se llevan muy bien, así como también sé que ella suele me

o? —Parpadeé varias

hecho un cumplido en comparación a Salomé. Ese hombre era un complet

ja de Eduard Hidalgo y apoyes a la familia Zelaznog como el primer

más que tenga que

o irritable que podía ser papá. Su paciencia era al

nto sabrás el resto —respondió—.

, p

por educación. Me regaló una sonri

aba segura de que Salomé me esperaba con una falsa

ía algo más que no podía saber, ¿pero qué? ¿Para qué arriesgarse tanto c

tregarme as

pondidas por mi padre, así que tenía

encontraba con la mano en la sien, escribiendo sobre

tanto? Ven y haz este trabajo, me estoy est

tarme a su lado. A ella le molestó estar

limpias, es tu misión —se

to de mi destino? —pregu

contigo? —inquirió, con incredulidad y ambas manos en la cint

o si no supieras —comen

te haya engañado? Por favor, eres una i

aré mi traba

zlo bien

é se me daba otro destino? ¿Por qué tenía que llamar la atención? Preferiría seguir com

e el director de marketing de la empresa había entrado, saludando

r ver tu angelica

res porque era lo que más le convenía. Mi mandíbula se tensó al

y a mi hermanita no? —cuestionó

mbécil. Era un hombre castaño, de ojos tan oscuros como su corazón. Llevaba

ños, tratando de ignorar el contacto visual para no caer presa del mied

ando de mí? No te he visto en los últi

i a mi hermana, la cual estab

uy ocupada —resp

palmas de sus manos. Lo miré, sus cejas estaban inclin

omo una perra otra vez

en el fondo quiere que la hagas tuya —a

o que puedo darte tanto placer que n

ue quiero! —defe

de la empresa, me trataban como si fuera un juguete con el c

ott, él era diferente... Él era el único hombre que actuab

ora! —exclamó Eliott, fu

a punzada en el mismo. Él me levantó, sin que yo estuviera de acuerdo

ibertad. Mis ojos lo fulminaban, pero él lo disfrutaba. Su rodilla s

, asustada por

a de mi boca—. Solo eres una cara bonita,

con la mía. Era una sensación repugnante, y l

o en la cintura. ¿Tal vez fue obra suya? No, no podía ser tan cruel c

zafarme, pero fue en vano. El

lio! —exclamé, si

ladita te ves más boni

cla de cebolla con cigarro, me gener

s que le rogaba con mi mirada a Salomé para que

chillé, pres

lla, acercándose—. Haz lo que te plazca

do... —acató El

ajo

Un tipo se aprovecharía de mí en fr

grité, furiosa y ahoga

es una plaga para mí! —

, sin una razón lógica que llenara mi conciencia. Solt

ería, tenía que ent

ba a ay

portante, de

ón a lo que haría. Sostuvo mis dos muñecas con una de sus manos sobre mi cabeza, pegada

s estaban llorosos, mi pecho subía y bajaba, pero

el rostro para comprobar quién entró, y los tres quedamos sobres

no recibí ninguna respuesta —El hombre tenía am

an Zel

alva

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