por qué me pusi
. Sin embargo, el rostro de esta chica no mostraba ningún
La clase se congeló, incluyéndome. Ella era nueva y por lo que podía ver, no era muy tolerante, así que estaba un poco asustada
es expandidas, como si fuera un animal embravecido. Me apuntó co
próxima vez, la victoria
os por la sorpresa. ¿Esta
ntrariada por sus extrañas palabras. Realmente n
eeve? -mi cuerpo se tensó y mi po
e dientes, molesta. Pero lejos de hacerla r
r un... monstruo? -dijo en tono de burla. Ap
te molestó no poder hacer un
ro "Uuh", como fondo para nuestro altercado. Georgina aba
o se termina aquí -advirtió
chica había logrado intimidarme al grado de querer retroceder y
dicho monstruo desde el accidente. Tener ese apodo equivalía a la dualidad de mi persona, a saber, alguien con habilidades sobresalientes en el volleyball y al mismo
, no tenía derecho a hacer uso del mismo. No se lo dejaría pasar
¡ah!, y... práctica bastante, quizás la p
morboso de las chicas. Escuché las quejas de la profesora sobre irme sin terminar los estiramientos, pero simplemente la
itud intrépida se esfumara. Aceleré el paso y cada tanto miraba por en
opuesta. La verdadera yo, Amy Lee Reeve, era una cobarde sin remedio. Y acababa de
ganarme y haber cortado el rollo en ese momento. Y en lugar
cé entre medio de los apurados universitarios, rogando no encontrarme con individuo
por la corrida. Y a eso se le sumaba que me sentía llena de arrepentimientos. Si
ropa y me metí en el baño. Hice unos cuantos estiramientos antes de meterme en la ducha. No había sido ta
la cama sin energía restante. Y
ción con el resto de la jornada. Lo único que me resultó extraño fu
después de lo ocur
tir mejor, pero me había quedado muda por la ve
mino de vuelta al alojamiento. En días como estos, sentía que no me tendría que haber l
nfadaba con facilidad por cosas sin sentido, pero tenía algo que a mí me faltaba. A diferencia mía, ella amaba el volleyball y se esforzaba para ser buena. Lo había notado en el partido. Aunque ten
te deporte, con esta actitud? Si no recuperaba mi amor por el volleyball, mis esfuerzos serían en vano. Pero aquellos profundos sentimientos, que una vez me llevar
ra una incógnita que estaba lejos de ser resuelta. Lo único que podía hacer ahora, era se
fin había terminado mi día y podía resguardarm
so. Pero cuando empieza difícil, ter
rupo de estudiantes sentados en circulo en el suelo del dormitorio. Lena tenía una taza humean
llegaste. ¿Có
margada
ono neutro. Tenía que desv
semana inicial. Ven conmigo que te los presentar
se agitó de
e. Eran tres, incluyendo a mi compañera de cuarto. Dos chicos y una chica-. Queríamos formar un
uando estaba por contestarle, uno de los m
ho-hola
and
nta de verlo, en serio lo estaba. Ese día no se había aparecido en la bibliot
trabajo, escuela y ahora estaba en mi casa... Me daba que pensar. ¿Cómo er
muy
ue Brandon y yo habíamos vivido el día de hoy. Vi su postura insegura e incómoda y me s
r un segundo a solas? -p
chico nos mirar
tó el chico, su nombre es Jas
a misma clase de matemática -se me adelant
cabeza de parte de Brandon. Era obvio que habían hab
contestó él, en medio de un
n las palabras que debería usar para expresarme correctamente y no embarrar la situ
ar mi ataque de tartamudez y tomé una profunda res
a encontrarme con su rostro contrariado y levem
agradecerte de manera apropiada... discúlpam
o desprecio con una sonrisa-. Yo... t
abras, entendí a qué se refería... el peq
con la mirada cl
parece? -levanté la vista y lo vi asentir apenado.
acue
sí
la puerta del dormitorio y abrirla, dos personas cayeron al suelo frente a nosotros. Lena y Jason
-se excusó Lena- estábam
orio -improvisó Jason, como si en ver
orté con sarcasmo, en
s recién llegados. Inocencia, ingenuidad, entusiasmo, timidez... juventud. Este último atributo lo poseíamos casi todos los estudiantes, pero a la mayoría ya no se nos notaba porque la
abían lo que
on los ojos agrandados por la curiosidad. Eran solo un año más jóvenes que yo, pero todos sin excepción se veían
to era
se juntaban a almorzar juntos. Jason estudiaba Arte y era compañero de banda de Brandon. Ambos compar
as cuantas, como las primeras impresiones o las metidas de pata. Yo misma tenía un par de experi
ocó a hablarles de mí. P
o que me limité a asentir-. Creo que te conozco de
h
. Me observó con atención pon un instante y luego abrió l
s el
r él, con una mueca p
scuchado hablar de mí. Todos, menos Brandon, que se veía c
? –pregunt
o día que había tenido, y la mejor manera de terminarlo, sacando este t
no tenía la culpa y en realidad, ninguno de ellos la tenía. Así que me
a si eso es
? -le respondí con una pregunta. Tanto él, co
conderla porque era tan conocida, junto con mi reputación, que no ta
para iniciar mi narr
storia
fectó de distinta manera. Yo me resolví en mi interior a seguir adelante, a no plantearme lo irrevocable y a cauterizar mi
r uno de una lista. Le pedí un minuto para pensar y mientras lo hacía, comencé a caminar por las distintas canchas del lugar. Y en una de ellas estaban jugando un parti
horaria cuando falleció mi padre. El volleyball era mi escape de la realidad, mi bálsamo
or años, es inevitable mejorar y en la preparatoria terminé siendo muy buena. Eso me ayudó a obtener una beca, recurso que necesitaba porque mi familia no es
para sentirme satisfecha, sino que usaba mi tiempo libre para ir a fiestas y juntarme con el grupo popular de la universidad. Me sentía importante.
otras escuelas. Partido tras partido aplasté a todo el que jugaba en contra nuestr
tiéndome con mi grupo de amigos que en el deporte y las materias
es. Esa era básicamente la historia que le ha
un momento en silencio,
ra muy... positiva -conjeturó Jason. Tragué saliva para
... Provoqué un accidente y el ap
ntaron todos, pero yo
tema -lo corté-. Pero quería que al m
gos...? -vo
ara lo siguiente, que era algo que sentía, pero temía decirlo en voz alta-. Además de eso, el amor que algún día sentí por el volleyball se esfumó por completo. Mi interés ya había mermado bastante con la popularidad, pero la cosa s
a todos me miraban con pena, aunque la única culpable de tod
ucho, Amy -d
Yo también lo sentí
se momento mi voz falló y me callé, porque si s
mos así -prometió Jason
, muchas
mos de tema a u
caído muy bien y no me arrepentía de haberles contado de mí. Pero por otro, me sentía atrapada bajo el estigma del monstruo, incapaz de escapar de esas
presentimiento de que pagaría mi pasada arrogancia por el resto de mi vida. Y ahora ni siquiera amaba al volleybal