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Historia

Capítulo 5 4.

Palabras:1317    |    Actualizado en: 09/08/2023

MA

cubriendo a Dylan porque en verdad esperaba que volviera. Tuve qu

llamadas, mucho menos a mis mensajes. A pesar de q

tan poco? ¿Es más grande su or

Todas las parejas discuten y lo arreglan, como ha

eremos, co

or el contrario, estoy preocupada. Hemos peleado tantas vece

corazón lo sabe y por eso me al

Amanda, sentándose junto a mí—. ¿D

cia la otra esquina de la sala, donde está

—pregunta, colocando un

por el mismo tema d

s que aceptaste casarte con Dylan, de ve

—la interrumpo, mirándola con toda la seriedad que puedo reunir en este momento—. Además, teng

rno de matrimonio —me aconseja y le quito la mano de la rodilla con molestia, lev

vo, celoso, un poco egoísta, pero ¿y yo? Yo tampoco soy perfecta y é

cosas para que dejen de discutir tan

r. De pronto, la visión se me torna negra y la luz reap

cara

mi corazón y la angustia que siento no son b

conmigo, como lo prometimos

en? —pregunta m

ondo, tocándome la cabeza ya que me si

todos. Se acercan para ver qué ha pasado y mi celular e

sto de inmediato al notar q

í, d

—. Le llamamos de la clínica. Usted es el contacto de emergencia del señor Dylan Reeves y él

de sopetón—. Ya mismo salgo para allá —

hijo, Sam? —pregun

zo a llorar sin darme cuenta y tomo las llaves de

s, yo manejo —ordena y voltea a mirar a Jack—. Lleva

—le pide Leonard, sorbiendo por la nariz—. Nada le va

ro. Me siento de copiloto y miro todo el camino sintiendo la ansiedad carcomerme entera. Las

lo nuestro, por favor… pienso, li

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Y

allo cuando noto que la mujer frente a mí em

Ven —responde ella, limpiá

n los paramédicos atendiendo lo que parece ser un terrible accidente.

ar aquí, debería e

r así como así, ¿no? —le

uebrada, como si le doliera decir lo que viene a continuaci

nte a mí me petrifica en el lugar. Mis rodillas ceden ante el peso de lo q

me la voz y miro a la pelirroja que observa la escena con pesar—. Po

varlo ya al hospital, gente. ¡Vamos, vamos! —or

la ambulancia. En este momento me doy cuenta de que nadie p

n fantasmas y ahor

tón de cortaduras que me dejó el vidrio del parabrisas en el ro

de la ambulancia se alarman. Toman el reanimador y lo c

lo, gritando entre dientes de dolor. Cuando siento que la sensaci

vo, vamos! —grita uno de los

escuchar mis latidos estabilizándose de nuevo. Respiro con irregularidad hasta que

cosas con Samantha, no sin decirle al meno

ientes?

z de sonrisas, lo más que hacemos es discutir y yo… Yo la amo y quiero que lo sepa, que no le q

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