img INESPERADAMENTE ENAMORADA DE UN CEO  /  Capítulo 4 Yo, no merezco esto.  | 14.29%
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Historia

Capítulo 4 Yo, no merezco esto. 

Palabras:1215    |    Actualizado en: 07/03/2023

Yo, no mer

jefe, hizo lo que le ordenó y lo alcanzó en

ñor, W

tos momentos; observo por la ventanilla y se mordió el labio inferior pensativa, luego volvió a mirar al hombre e incómoda y decidida le preguntó a

rcó el número de su

cómo te fu

prestarme dinero y cancelarle al señor, por el servicio de taxi? -preguntó a su amiga interrumpiendola, su voz t

eocupando...-frunciendo los labios intentó ahogar un s

ontaré lo que ha sucedido y... porque fui invit

Amiga, te haré el favor

ijo y luego colgó la llamada, envió la imagen a su amig

favor y es en el complejo de apartamentos,

illa e intentó poner sus

y entró al complejo saludando al guardia de seguridad, sin darse cuenta que en un Mercedes

lla niña, miró a su asistente y dijo: -A

rabajando para este hombre, que se interesaba por saber de una mujer, había tenido infinitas muje

sus pensamientos y asintió. -Sí señor -di

esa Jewelr

alistando una pila de papeles, en ese instante, se

e pregunto a la chica, que dejó de hacer sus cos

ega, y lo miró con la boca abierta. -Maldita Liz, es una zorra -murmuró en

para todos en la compañía, y sentía un poco de envidia de Meylin, pero también sabía que era mejor el

alguien mejor -masculló y le entregó el móvil. "Ahora entiendo porqué sonaba así, d

partamento insertando la clave de la puerta y lueg

abitación, se retiró todo lo que llevaba puesto, se cambió a ro

y, se apresuró a entrar, al no verla, la llamó mientras entraba en la habi

on, abrió sus ojos y leva

preguntó con una

n de su amiga, se estrujo al verla de esa manera, la única vez que la vio así, fue cuando murió su abuela, hace un año.

urmuró, apoyando la cabeza

o esto Lena -susurró, sintiendo que su corazón sufría cada ve

cabeza.

ejes de llorar; ellos no merecen una lágrima tuya, debes demostrarles que eres feliz, que eres fuerte, no les des el gust

ían hecho con ella. -¿Sabes? -musito -. Son unos desgraciados, mi padre y esas dos mujeres -su

dejando a la chica a su l

y? -inquirió sorpr

dre, pero me escapé y terminé en la cama de otro hombre. -no pudo m

Son tan bajos, al haberte hecho eso nena -consoló a su amiga, y acaricio su rostro mientras intentaba

a debilidad... sentía algo extraño entre mis piernas -[...] la peq

spués, se qued

o no despertarla y salió de la habitación, entró al siguiente cua

ones, caminó decidida y golpeó repetidas veces la pu

ar -farfulló la mujer

i bolso, el auto

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