r bastantes horas hasta que lo
fé americano y un pastelillo a un hombre de unos cuarenta años. Rainer estab
pero luego pensó en que si se mostraba nerviosa frente a él solo mostraría su c
s lo qu
ían. La joven los miró y se dio cuenta que se trataban de Johny Spielberg y Denis Brow
y más clientes detrás de ti. - Rainer miró hac
té chai. - La joven anotó el pedido en la pantalla. Le i
y junto con sus amigos se hicieron a un lado. La joven trató de no dirigir su mirada
con su trabajo. Al rato, Oliver le dijo que él continuaría
piernas. La joven soltó un pequeño suspiro y miró hacia el cielo. Era un lindo día. De hecho,
jos bien abiertos. -En verdad eres una gatita escurridiza. - Comenzó a acercarse a ella. La joven
-n
har esas palabras. Por un momento sintió o más bien esperó que el chico omitiera lo que había sucedido ayer. Pero c
o vi
ió el labio procediendo a cruzarse de brazos. -¿No vi
torioso. Había logrado sacarle la verdad con ese juego de palabras. La joven apretó los o
. no creo que ahora debería
una pe
r que no disfru
lo h
ue muy
ha, lo siento, no debí quedarme viendo lo que estabas haciendo, pero en parte es tu culpa. ¿A quién se le ocur
por completo. No tenía nada de diversión en ella. La joven tragó duro al ver lo imponente que
quedaré quieto. - Jessica estaba más sorprendida por esas palabras que por sus acciones. S
s amenaza
s de es
me importa lo que hagas, con quie
tratando de llegar a la altura del joven. Pero eso no pasó, s
ba y de cierta forma, lo evitaba. No estaba acostumbrado a esa falta de atención, pero tampoco le sorprendía o le impor
dive
s, verla con sus labios entreabiertos por la situación que pasaba, fue algo único. Sin embargo, no quería escuchar rumores esparc
o que lo entiendes bien. - La jov
ía verlo con odio. Jessica pasó a su lado dándole un golpe en el hombro
egundos de más viendo aquella escena. Sin embargo, no era para que la amenazara así. Si su problema era que dijera algo, la ofendía más. No era el tipo de chica que se
en su cama. Luego se levantó y se quedó pensando por qué Rainer no quería que ella hab
de ropa. Tenía que hacer cena para ella ya que sus tíos aún estaban en el hospita
er créditos. El mismo era un curso de literatura. Era una chica que le gustaba leer
do un chico tomó asiento a su lado. Un joven que no había visto la semana pasada. Su cabello era negro y estaba escondido bajo una
el chico y luego miró hacia la ventana. Pasaro
ligeramente y pasó a sentarse detrás de ella. La muchacha decidió ignorarlo y fingir que no lo conocía. Sin embargo,
rlo y el vol
en un tono lleno de enojo, aunque
ab
ente donde el profesor se encontraba in
S
igo, pero des
que no te
s. - Se giró y procedió a sacar sus lapiceros. Finalme
ntendía por qué quería hablar con ella. Si volvía a salir con algo r
La grave voz del joven a su
suspiro. -Si quieres ser su amigo, créem
te ag
n una ceja alzada y una
una obra de arte robada de algún museo. Era realmente apuesto. Tez blanca levemente llegan
ambos se sobresaltaran y miraran al docente. El hombre mira
en
eñorita Robins es más interesante que mi clase. -
clase. La joven decidió ya no hablar con el chico a su lado y simplemente tom
eojo hacia el frente. Y en ella decía: "Rainer Mcgrath es solo un ch
aba viendo hacia el frente prestando atención a la clase.
e apresurada. Salió casi corriendo. Por poco y se tropieza, p
y arregló su ropa para luego v
alzó una de sus cejas mostrándose muy entretenido con la actitud de ella.
lado, así po