ue se diese cuenta del hecho de haberla dejado sin palabras por lo que estaba diciéndole.
omprometa con usted durante un año y
us ojos gris humo, intensos, penetrantes e hipnotizadores. Y había algo más, algo oscuro y recóndito que parecía rodearle, cosa que atraía a los demás hacia su persona como una tela de araña seduce a una mosca. Katy intentó concentrarse en otras partes de su anatomía para tranquilizarse, pero, aq
re chismes y habladurías en los bailes de sociedad, debían de ser ciertas. Esta
endido a la perfección. -respondió
os ojos. Este esbozó una pequeña y peligrosa sonrisa.
ué cree que accedería a algo así? -dijo Katy expresando de forma que no
conde de Trivein, no era como había esperado. Sus grandes ojos azules que le miraban de forma inquisitiva, suscitaban su intriga. Para un inexperto, pasaría inadvertida la celosa bar
as damas que pudieran ajustarse a lo que él necesitaba, y Katy había sido la que más le llamó la atención, a pesar de no ser ni mucho menos, de entre todas ellas, la
e nadie esta conversación, si finalmente no accede a mi proposición. No es que dude de su discreción - continuó Baltur, antes que la
vó como si es
no creo que esa sea la razón, aunque no puedo descartarla del todo. Otra posibilidad que ha ido ganando fuerza según iba transcurriendo esta entrevista es la de que usted esté completamente desquiciado. -Dijo esto último con un gesto circular con los dedos de su mano izquierda a la altura de la sien, lo que otorgaba mayor énfasis a sus palabras-. Si nos dejamos llevar por los rumores que han circulado sobre usted durante estos últimos años, el único nieto del duque de Armisl, que con solo dieciocho años toma la herencia y el título de su abuelo materno, el conde de Esteban, y desaparece de Londres para viajar por el mundo, puedo estar segura de que la inmensa
arrolladora le había lanzado el discurso más directo, punzante y, por qué no decirlo, elegante, que había escuchado en su vida, más por parte de una chica. Y todo eso sin que él pudiese dar testimon
la que, dicho sea de paso y siguiendo con su ejemplo de sinceridad, carezco completamente, pero
ubiese fallecido el día anterior y no cinco años atrás, su capacidad de reacción fue casi instantánea. Después de todo lo que había pasado, era una
Esteban, ni siquiera voy a plantearme lo que sea que me esté ofreciendo, no sé ni cómo definirlo, si no consiente en que sea completamente sincera al respecto con Lord Plattid. Él debe saberlo, no solo porque me niego a mentirle, sino porque Juanford me conoce mejor que nadie en el m
aban tomando el té con pastas. Por lo que había podido apreciar y en base a que llevaba un delantal manchado de lo que parecía mermelada de grosella, además de la ama de llaves, era también la cocinera. La mancha de harina que llevaba Katy pegada en la mejilla derecha y de la que parecía no ser consciente, sin duda era producto de haber ayudado también en la elaboración de la merienda de la que ahora disfrutaban. Eso le había