ncia que quería visitarme. Últimamente no he tenido tiempo para decirle que s
decente, c
re mi trabajo como camarero. Me sentía un poco mejor considerando que, por mi orientación sexual; n
e adaptarme al estilo de vida. Ya que, normalmente al vivir en un ambiente al
uerían que yo fuera como mi primo; él estudió contaduría, se especializó y esforzó demasiado hasta que consiguió graduarse e
ués de haber tenido una larga e incómoda discusión con
.
muy temprano. Yo le abrí la puerta con un semblante serio. No estaba enojado o
amente lo
ó en una carcajada y yo al dejarlo pasar y cerrar la puerta, él co
. -dijo poniendo su
te... -le quité sus brazos
ué nunca te dejas abrazar? -me pregunt
ertos aspectos. -dije un poco incómodo.
vas a morir. -me miró con los brazos
de provocación y me fui a mi habitación
a, cruzando las piernas. Se empezó a reír porque sabía que mi actitud
teriales y apuntes para ponerme a estudiar. Estaba poni
que, gracias a Tadashi; casi olvidaba por completo. Me reí y él
a a ver si yo también me puedo reír? -me preguntó co
Sunomiya? -me
rque te topaste con un payaso. -se leva
í fue raro. -no le di más vueltas al asunto y salí de la
nte de la mesa y Suno se sentó a mi lado. Me sentí un poco nervioso ya que él, al ser un poco más bajo que yo,
urro que todo iba a estar bien, o eso, pensaba yo porque no podía evitar sentir esa extraña
loso con esto, me quede tranquilo por unos minutos. Dejándole acariciar cada parte de mi cabello, me empecé
o se alejó, pensando qu
rcó a mí y me continuó
de forma rúst
ciando tu cabeza. -dijo c
No ves que necesito estudiar para el exam
Pero tampoco es para que me trates de esa
italiano. - Tengo que estudiar, deja de distraer
. -dijo y se fue a la cocina
es, no me molesta que coma, pero me gustaría ser avisado cuando desbalijan mi despensa). Cruzó su mirada con la mía y yo,
y me acerqué a él para darle un abrazo. Y si, que
Nos separamos a los pocos minutos y le pedí que se fuera, pero era porque de verdad necesita
an, Dani. -Empezó a masaje
No es el momento para que intentes inducirme
suerte en el examen, llámame por si nec
no era para nada normal. O quizás sí lo era en cierta parte. No estaba seg
me para estudiar, ya que, olvidé decirlo pero; soy estudiante de Idiomas, y estaba aprendiendo e
endo con las típicas y tonterías que suele hacer para animarme. Lo cual pese a ser divertido en ocasiones en este momento, solo me distraía más. Para mí b
unciar, y si; a veces me costaba entenderlas. Me esforcé lo más que pu
traductor y escuchando l
estado alrededor de tres horas estu
el apetito que estaba comenzando a emanar de mi estómago, o sea, lo
pan dulce que se podía comer en las merien
esto, ni siquie
nuto de mi v
mucha satisfacción, ya que la mermelada era de mi sabor favorito; el cual es el de fresa. Sonreí y guardé todo en sus r
muy ocupado? Agarré mi teléfono y en la pantalla donde salía la llamada, era
me atreví
a? -co
iar. - Le llamaba con la intención de invitarle a una cita, ¿dese
ecía ser cautivadora y todo eso
señor Lemphton, tenga una boni
a era lo que ahora en mi mente, podía llegar a sentir como los nervios de mi
lpe frío direc
rido tantos kilómetros y éste estaba a nada de salirse de mi pecho. Respiré hondo y a
, tocando mis labios y lengua. Por fin me sentía tranquilo. Pero
ro cosquilleo,
nsando, ¿por qué sentía ganas de saber quién me llamó? Tomé otro emparedado y comencé a comerlo. Co
de los que ya conocían, y era
temblaron un poco. Me levanté del sofá, agarré el plato y fui a lavarlo en el fregadero mientras que mis pensamie
vez, sería ser un idiota de derecha a izquierda. O sino, un incompetente que solo busca sexo de forma rápida. Re
osidad seguí
penetraba hasta el fondo, como si me estuviera e
staban sobre la mesa y me sentí tranquilo, porque estudié más que suficiente para mi examen, lo cual hacia que me sintie
hasta que, me comenzó a dar sueño. Por lo que
podía desaprovechar la
.
medianoche, mi teléfono sonó
ándose cuenta de que, por obvias razones estaba dormido en ese momento. Me levanté del sofá y me estiré, m
sta allí y observé que habían algunas personas que estaban caminando también. Nada que no fuera algo preocupante o in
veces un poco de frío por las noches, me senté en una de las bancas a contemplar de los objetos metálicos con los cuales los niños d
o no era un ruido molesto sino uno común. Y sin yo percatarme de nada, po
-expresó con una
hes. -repetí
tivamente; era el mismo hombre con el que me había topado en la cafetería. Solo que él se
nos segundos parado esperando a que me
mirada se posici
guirlo bien antes de q
gesto con su mano haciénd
. -suspiré. - Es que... usted me recuerda a alguie
, dudo de que sepas quién soy o algo así, amigo. -u
io digo que me hiciste recordar a a
vú conmigo. -con su otra mano me levanta la mirada y sonríe. - Y no dejaré de estar ahí si en algún m
spondí tratando de
ncluso de esa sutil forma. Me alejé inconscientemente de él y esto al parecer le causó un poco de gracia. A lo que yo, sinceramente no entendía por qué. Solo retrocedía lo más
en el césped. De fo
emasiado v
de mí, me extendió su mano con una
alguna que otra palabra. De verdad consideraba que hablar
a tarjeta. Yo confundido, la tomé después de que él me la extendiera. Él soltó un suspir
udios, puedes llamarme. -me guiñ
sabía si se trataba de una broma de mal gusto o si
erada o algo por el estilo. De todos modos, ¿quién iba a llamarlo al día
bablemente
dir ayuda; él podría ser el candidato ideal para ayudarme c
arme mentalmente para el examen de italiano. Mi mente estaba preparada, pero mi cuerpo lo estaba acepta
tranquilo, y m
tuna. Me dirigí a mi habitación, a mi cama precisamente y me acost
a las preguntas que nuevamente
ra casualidad en la cafetería me dio su tarjeta? ¿Él era profesor e
suspiro largo; tomé las sábanas y me abrigué con e
el misterioso hombre que me había encontr
.
lo que tenía que apurarme. Conseguí llegar a mi casa y luego regresar a la universidad, y si, apenas entré al aula podía notar como
s y mi libro para leer un rato antes de que la profesora de italiano llegara y nos dijera que nuestro examen estaba por iniciar. Estaba tan concentrado
-dijo ella como si
ara saludarla con un abrazo. - ¿Por qué siempre me lla
rque eres el más inteligente de todos aquí en el s
a cabeza varias veces rie
a. -comenzó a reírse de nuevo. - No es
s continuaba leyendo el libro. - Por cierto, ¿sabes qué
unos segundos. - hoy nos toca realizar el exam
Así es. -sonreí asintiendo con la cabeza. - Pero parece
mío. - Pero tú y yo, si que estamos preparados. -e
mirada en el libro otra v
n las más difíciles. Y eso que ya estaba mentalizado para memorizarlas. Pero obviamente las olvidé y para matar
pronunciar. Y Emmelyn aprovechó de ayudarme y decirme que le ayuda
os los libros, ya estábamos mentalizad
r. Es algo que no podría negar, ya que Suno era idéntico a ella. El examen comenzó, mis compañeros armaron
ábamos a terminar antes o luego de la duración del examen. Saldríamos y tendríam
.
en en el examen? -mi a
s de italiano... -sonreí mirándola. - Me iría
artiña. -sonríe y saca de su casillero sus cuadernos. - Está noche hay que
ue asista a tu casa solo para
No te gustaría? -mostró
do. - Hoy tengo que terminar mi turno hasta la medianoche en e
me abraza. - Esfuérzate. -se sep
a mi casa para después de que se hicieran las siete u ocho de la noche, ir al restaurante donde trabajaba. Siempre acostumbraba llegar temprano ante este tipo de
alivio porque revisé la hora que estaba marcada
o antes acontecido. Con él yo me gané la fama de "el chico tempranero", porque por obvias razones siempre lle
otones si estamos hablando de uno de los restaur
rdé lo que había pasado anoche, con aquel extraño del parque. Me dio su tarjeta por alguna razón, y la razón era más que clara. Me levanté rápidamente para bu
eso? ¿Me estaba viendo la cara de tonto aquel hombre? ¿¡En qué demonios estaba pensando él al darme esto!? Me quedé por unos segundos procesando lo que estaba pasan