la S
na polera corta, definitivamente esperaba que Leonardo no me viera así, ojalá y si
presaba cada espacio de mi boca con su lengua, me mordí el labio pensando en su
egurarme de ello, pero no podía hacerlo, solo me quedaba confiar a ciegas en Leonardo, aunque eso me llevara a la
dirigí a la cama, quería entr
mis espaldas y estaba sentado en el sofá, se veí
ía de que podía tratarse, nunca había prestado atención a las miradas de los hombres,
la cama, enfrente de mí, llevó una de sus manos a mi mejilla, luego acercó su rostro al mío, supongo que quería besarme
cían apoderarse de mi cuerpo al sentirlo tan cerca de mí. Sonrió nuevamente tomando mi mentón y acercando sus
, pero de todas formas quería más, sus labios eran adictivos, quería más de él, pero te
erminaré creyendo, además de que generarás una dependencia y
ondió acariciando mi mejilla, el tacto de su piel sobre la mía me causaba escalofrío
é sonriendo, todo esto me estaba causand
as noches. – mencionó, me arropó como si fuera una niña pequeña... bueno, más pequeña, por que él
as que vestía, me puse nerviosa, miles de sucesos pasaron por mi c
e enrojecieran, prácticamente iba a dormir desnudo, pensé. – No te preocupes, si no qu
cir, solo agradecía que entendiera que no
o, pero no sucederá esto contigo, quiero que nos demos nuestro tiempo y que sea lo que el destino desee.
espondí sonriendo y él me devolvía con otra sonrisa, estaba encantada con este hombre, pero al igu
cerca de él mirándolo de frente. Sonrió y besó mi frente, mi coraz
o sea de tu familia. – mencioné sonriendo
ta de la mierda de persona que soy y me dejes solo, que detrás de todo el poder y riqueza de mi familia no valgo nada, soy una de las peores ratas de esta tierra. – mencionó, mi mente pensó distintas cosas,
endido por los demás. – mencioné tratando de calmarlo, se notaba que
amino de besos hasta mis labios, sentía cómo me derretía entre sus brazos, deseaba detener el tiempo, quedarme co
algunos segundos me di la vuelta para poder dormir, pensé que él ya estaba dormido, pero apenas lo hice, también se
tes en el, sintiendo cómo nuestros cuerpos encajaban perfectamente el uno con el otro, como si estuviésemos destinados a esto, a estar juntos, pero aún así, trataba
su abrazo, su mano estaba por debajo de mi polera, acariciando mi abdomen, no me gustaba, no quería que sintiera a