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Villa. A ese grupo de bandoleros, criminales y saqueadores que el gobierno del general Díaz creía peligrosos, se habían sumado miles más a la causa de la revoluci
on la Pelusa. Todos ahora transformados en hombres, peleaban del lado de los revolucionarios. Hasta que una tarde a la entrad
ades y negocios. Atilano se alegró al conocer la noticia de la aprensión de Federico; había ya olvidado por
Federico era muy apreciado por el general Villa, y éste de llegar a conocer donde se encontraba detenido, era capaz de arrasar con el lugar. Por lo mismo el ejército no podía matarlo ya que era un e
nte Diaz. Este joven era alto, de cuerpo atlético, cabello y ojos negros, una barba y bigote que apenas y asomaba. Se había educado en distinguidos colegios en varias partes de los Estados Unidos. Y fue allá donde conoció a la señor
una pierna de madera. Aunque también era incuestionable la belleza de la muchacha. El hombre pensaba que ella bie
así él podría obtener fácilmente permiso para vender en todo el estado su wh
os acercamientos hacia Gertrudis quien, siguiendo los consejos de su madre, se daba a desear. Ya que
joven hablaba
y hacemos que pida mi mano y ya? - comentaba la
n. Toda una dama y él debe darte t
Y que mejor que él sea el primero. Es tan fuerte
dis por dios! ¡Su
ra con su
oblema en la pierna izquierda -misma que perdió debido a un accidente en c
por el balcón, y me roba como a las pueblerin
ilizas! Creo que tantos años en el extranjero de nada te sirv
dre le peinaba el cabello, ella continuaba
efugio, Gilberto, Cecilio y Anastasio planeaban
muy caliente. Sé que en el pueblo no lo tienen. He estado
n al pueblo -dijo Gilberto -. Revisé
ron a la capital? -
á gente de mi general Villa. Ellos han estado al pendi
on en barco? - s
o - dijo Refugio -. Casi creo que a Federico
puede ser? - pr
tener los ojos bien abiert
astasio -. Y si se logra enterar en donde lo tienen, él lo va a sacar de a
derico es muy importante. Tratarán de sacarle información
dijo Cecilio-. Tal vez sólo to
único que podrían hacerlo hablar sería con matar
ella- dijo Anastasio -. Tal vez ell
efugio -, además si la encontráramos, dudo que el
nastasio -. Deberíamos de al menos
cilio -. Ella tien
fugio -, pero ¿cómo
único que puede saber es el p
n hacerle una visita d
los recibió; y lamentó conocer la mala fortuna
nada de Clarita desde que
o encontrarla o dónde?
a muy lejos... Allá la env
tá? - pregu
es un secreto de
l menos avísele la situación tan car
hacer lo necesario para encontrar a su amigo; y liberarlo de las manos de los enemigos. Por
ermano estaba viviendo; y es que el ejército conservador no tenía una m