bien, no sabía por dónde comenzar sin que sonara como un lunático acosador. Ésta e
lase de mujer eres para que ya no te desee?
o una lucha interna qu
or qué de la nada quería realizarle una entrevista? ¿No se suponía que no la despediría? ¿Quería
ía saber de ella pues que preguntase, ella iba a responder a todo, le iba a de-
grosamente armoniosa. Nadie sospecharía
por tu trayectoria laboral-. Liz supr
s que se pueden realizar a medio tiempo. Aunque, esa es información que debió de leer en mi currículum antes de acceder a contrata
ral. Recordó cómo había arrojado el currículum tras solo leer el nombre. Ver que tanto Lucía como Amelia aproba
ror de m
do se dio cuenta de que Gabriel había comenzado a estu
do y pecoso en un uniforme completamente rojo y sombrer
ar? -. El chico miró a la
Quién va a un local de comida rápida cuando tu traje vale más que el lugar? El pobre chico estaba aterrado. Aun así, pese a toda la autori
igó a no colocar los ojos en blanco. Tomó en su
tas y un refresco, por favor-. Liz sonrió amablemente y el joven a
el muchacho pecoso. Cuando este pareció estar conforme con sus anotaciones,
abriel sin perder un segundo de ti
pregunta fác
a familiar-ella miro el sitio s
orme similar al de aquel flacucho chico. Los resultados eran demas
primera vez que veía una sonrisa como esa en su rostro. Se dijo a sí misma que después de todo, Gabriel también era un
algo? - pregunto Gabrie
una pregunta fác
ara mi último año de universidad. -respondió
o en el que su perfil encajase. De la nada se le vinieron niños a la mente. Se imaginó cuan amorosa y sonri
mismo. No estás aquí par
ntestó con evidente
lazo. No le costó imaginar a Liz ayudando a otras personas con su rehabilitación. Sin duda, tenía que ser una chica inteligente pa
riel con evidente interés, mientras
pero por su mente cruzaban algunos nombres. Después de todo,
las más grandes universidades de los Estados Unidos, la cual contaba con una bu
iversity (Universida
-. las palabras salieron de la boca
ó Liz, asintiend
la respuesta. Estaba absorto en el relato de Liz, pero fueron
sfruten-. Dejó la bandeja con la
ida. Pero no era eso lo que sucedía, Gabriel estaba analizando la cantidad
de su jefe. A juzgar por su expresión, parecía q
lo que sostenía Gabriel en sus manos. La pelinegra no
tontado viendo su comida que no se p
illo y alargado son papas fritas y por si lo sabe, lo del vaso es re
ctos dientes. Gabriel quería enfadarse, o al menos parecer ofendido, pero al ver la sonrisa de Liz,
ver más maduro e inalcanzable. Liz reconocía que era un poco infantil, pero le gustaba su forma de ser. Después de todo solo tenía veintitr
ual? Liz desde luego no estaba en contra del traje. Con el, se veía elegante y hermosamente guapo. Pero a su ve
Liz tenía su ver-de mirada fija en é
ntarme el porque te fue difícil entrar a la universidad-. Gab
ó la gargant
medio camino uno de los tacones de mis zapatos
ntrevistaron? -Gabriel de pronto estaba muy
Gabriel quedo embelesado ante su sonid
tras la oreja-, corrí y llegué justo a tiempo, solo que sin un zapato-Liz se encogió de hombros-Ademá
risa, pero entonces una
Yo solo buscaba una secretaria por tiempo
bastante fácil
ueldo me va a sustentar muy bien hasta que pueda encontrar otro trabajo de medio tiempo. La paga es un poco más d
be ser duro para una estudiante el tener que estudiar y trab
sto se estaba yendo a terreno p
y en edad suficiente para trabajar y depende
pechó de inmediato que había algo que no quería decir
con mu-chas responsabilidades. Tienes que
de hombros sin
der de mis padres si yo puedo ayudar siendo independiente. -el tono de Liz fue deci
le intrigaba Liz.
pero no. Liz le había demostrado ser decidida y temperamental algunas veces, se sonrojaba con facilidad y no podía ocultar s
interacción se había vuelto incómodo. El
semanas. -Gabriel le tendió la mano a Liz y está miro aquel gesto con extrañeza. Un poco dubitativa, alargó
us sexis manos. Si no lo suelt
iro y lo soltó. Ya era h
cuenta de que, por una pequeña suma de dinero, podía obtener una gran cantidad de comida que de verdad podí
pesado. Realmente la atmósfera entre los dos era incomoda, ninguno
ue restó de tarde. Dio vueltas como loco en su oficina asimilando lo ocurrido. Además, no h
ncipio. ¿Ahora? Gabriel ya no
La joven resultó ser todo lo que no esperaba. Era inteligente e independiente
qué hacer. A medida que interactuaba más con Liz, más le f
e sorprendas y no es tan perfecta como piensas. Se dijo a sí mismo para con
o, pero eso sonaba mejor que no hacer nada. Tenía que bu
sto a la defensiva cuando quiso tocar temas personales. Estaba bien, no se es
ó a su fin y a Gabriel no se le ocurrió n
ón en la cual pudiera estar con Liz en un ambiente no laboral. Nada de lo que pensó se veía casual o natural. Él ya la había espantado lo suficiente como para dejarle
rdaba sus cosas. Podía ofrecer-se para llevarla a casa. La descartó casi ens
date. Pensó al final, pero su cuerpo
en lugares que debería de estar prohibido. Así que optó por actuar como
mpo. Se sintió como un acosador y opto por irse lo más rápido que pudo a
ente, ya que, al parecer, se estaba obsesionado con una muchacha a la que sol
No estaba por ningún lado, así que Liz llegó a la conclusión de que ya se había id
sde el almuerzo y lo agradecía. Li
ejos posible de él. Aun así, todos sus intentos fallaban. Liz veía a Gabriel como una abeja veía
iga fueran ciertas. [solo actúas así porque es guapo,
porque creo que me estoy v
on la particular canción de Paramore que Maggi
como cada día. La llamada de Maggie
, Liz. -Di
? -preguntó Liz, frunci
verdad lo sien-to-la voz de Magg
puedo ir sola, eres tú la que insiste en venir por mí. Ya
suspiro de frustración
y te puedo ir a buscar para qu
so
respondió Liz son-riendo. Mag
vez, lo prometo.
ró Liz. -Nos vemos más tarde en mi casa. Ya verás que puedo lle
Gesto que Liz apreciaba de todo corazón. Pero estar sola ahora le daría tiempo para pensar en algunas cosas, o más bien dicho, en alguien. Además, ir en metro tampoco era mucha diferenci
mano dentro de su bolso en busca de dinero para comprar el ticket. Un
puede estar pasand
n y se obligó a calmarse. Tomó aire y metió la mano nuevamente dentro de la cartera. Quizás solo necesitaba buscar con ca
egar. Sin mencionar que recorrer todo ese trayecto en tacones no era un panorama atrac
lamado disculpándose. Y tampoco quería molestarla, eso solo la preocuparía más. La respiración de Li
con su hermana para que pudieran verse. Al finalizar la llamada, ya estaba listo para partir. Sin embargo, una figura conocida estaba a unos metros de
la salida, pero no lo vio por ningún lado. Se quedó esperando unos minutos m
iendo? Se pre
th comenzó a caminar con un aura sombría, de
mayor como para trasladarse sola. Lo que lo preocupó fue el hecho
or alguien externo a su familia era algo nuevo para él. Sin embargo, sentía que
peor momento. No servía de nada lamentarse. Caminar ahora era su única
ayecto que le de-paraba. Por esa razón, no se percató en el auto negro que marchaba le
as direcciones tras sentirse observada. Abrió sus ojos al
la legua. Quizás el solo estaba de paso. Tenía que d
yuda. -dijo Gabriel,
via que solía ser. Quería decir-le que estaba bien, que no necesitaba ayuda, pe
- preguntó antes
y fingió indiferencia. -Solo pasaba y te vi algo afligida.
nció el
Liz no esperó respuesta y comenzó a caminar. No podía gastar s
acha. ¿Por qué había dicho que es-taba bien cuando era obvio que no
-pregunto Gabr
ndolo con la mirada. ¿Acaso no podía dejarla en paz
Liz, pero en vez de asustarse, sonrió de medio lado. Era
ecesito ir a la estación para volver a casa. - respondió L
r y sospechaba que podía ser terca, pero con lo que sus oj
dijo Gabriel mientras apuntaba con
lorada que contrastaba con s
mentos. - dijo tratando
losa y sube al auto. Te lle
o res
esta vez Liz obedeció. ¿Por qué nada le
l copiloto, Gabriel detuvo el motor
regunto Gabriel con voz aterciopelada, no quedaba
go le llamó la atención. G
l dinero en casa-. Liz estaba muerta de la ver
o la molestia se dej
inar todos esos k
ago algo así. - respondió L
aba molesto. Sin duda su secretaria merecía un sermón, pero se lo pensó mejor
ton no pudo esperarte? - pr
empresa con Lucas y desde luego no era su novio. M
ió el
. Quien me recoge cada día es mi mej
igeramente ambas
no era su novio, ¿de verdad solo era su amigo? Gabriel sintió ganas de reír por lo
te y Liz una vez más fue testigo de algo hermoso. Verlo
rada de Liz estaba fija en él y rá
o te molestará si te lle
iz estaba segura de que su jefe en definitiva tenía mejores cosas que
Liz mientras agitaba sus
el levantando sus cejas- ¿Acaso te
todas maneras llegaría, pero la intimidan
d, no voy a permitir que camines cuando puedo lleva
su corazón le agradeció el gesto. La suert
o que no resulto incómodo. Gabriel no q
briel estacionó su deporti
. -dijo Liz con sinceridad. Desabrocho el cin
ovimiento rápido, le sostuvo
y Gabriel al darse cuenta de lo que h
preguntó Liz con
der, para comenzar no sabía
res que me dejó Maggie. Supongo que eso es lo
rminaría siendo una buena idea. Sin emba
na nueva tienda. Están muy deliciosos. Aunque es solo si quiere.
sido un gesto involuntario de su cuerpo. Se había hecho a la
ue recorrió todo su cuerpo. ¿Cómo podía ser tan tonta y pensar que él quisiera poner
staba buscando una oportunidad para hablar con ella de nuevo. Pero también estaba preocupado de que cuan
ien difícil de complacer, y alguien que la había hecho pasar por muchos malos ratos en el t
a ti. - respondió Gabriel después
risa en sus labios. Salió del auto y a pasos largos se situó frente a su puerta, se apresu
rime-ro que vio Liz al entrar en su casa fue a Mila, su gata, la cual estaba dormida en el sofá. La ploma minina despertó al ver las apresuradas vuel
abía de desdoren en su cocina. Colocó algo de agua en su hervidor eléctrico y luego observo a su alrededor para ver que todo estuviera en su lugar. Todo s
oven. Sus ojos recorrieron el lugar y un olor dulzón muy conocido le inundó l
de estar, pero Liz le hizo un gesto para que tomara asient
con esta ropa- confesó Liz. Siempre que llegaba a casa, lo primer que hacía era deshacerse de esa i
me iré a ningún lad
ó la ropa en tiempo récord. No le importo para nada dejar las prendas regadas
izadas, no había cuadros colgados, o grandes fotografías. En un estante había algunas fotografías y con curiosidad se acercó a ellas. Tomó un pequeño marco de color rosa en sus manos y vio una fotografía de Liz jun
mientras se deshacía de la co
a playera del mismo color. Toda su ropa era una o dos tallas más grandes de lo que necesitaba. Su cabello le caía en ondas por los hombros debido al tiempo qu
y sacó un envase plástico trasparente con lindo logo verde y lo depositó sobre la mesa. Luego, abrió uno de sus muebles y saco dos tazas de vidrio trasp
ntro de la cajita hay té. Escoja el que prefiera. -Liz s
os, tiene que probar alguno. -dijo Liz mientras de
ió, pero no s
era mucho que decir en primer lugar. El plan era invitarlo a entrar,
ese era todo el plan. No había pensado en estar aquí, frente a ella tomando una
tras se llevaba la taza de
ás mujeres que había llegado a conocer. Ella se mostraba sincera y amable, y no tenía la imagen de ser una embustera
o sa
ella, lo habían hecho darse cuenta de que era tal cual se mostraba a los demás. Y aunque no lo qu
confiar, no después de invitarlo
ocerla. Saber su historia, conocer sus planes a futuro. Él quería ve
daba duda de que Liz, con solo una mirada de sus verdes ojos podía someterlo. L
haciendo que sus ojos se encontraran. Gabriel trago s