(Exclamo en to
ue vos querés, se tra
soy demasiado grande ya
otal tranquilidad, s
que ya no soy esa nenita que antes tanto mimaba. Ya crecí, tengo dieciocho años y hace varios meses que s
imer paso para ganarse mi desprecio y más aún a esta edad. Odio y siempre odié que me digan que hacer. Seré egoísta como dice
uenta no? (Me mira). ¿Ni siquiera cua
de esa pantalla. Se quita los anteojos y lo
os cabez
one de pie, dejando vacío ese sillón inglés de color negro que siempre suele ocupar cuando está en
gunta con ese tono alegre
los ataques de tu hija no me de
un par de pas
l chico nuevo te llev
en su oficina por otro. Me dejo caer en el amplio diván, colocado en el centro del salón, delante del h
Otra vez
amente quien empie
u papá dice l
ice cosas que
es el, sos vos (la miro). Miralo a
le gusta que lo controlen como a un maniquí y
de mí, enciendo el Home Theatre y subo el volumen de la música a más no poder. Minutos más ta
? (Cuestiono con
ecesito estudiar y me exp
ermanito (sonrío m
pero apoya su mano del otro
blo en ser
stá bien, ahora
se sienta en la sil
lviste a pele
querés consolar
o que hace lo hace por vos? Es por tu bi
me siga hasta a la facultad y me deje como una idi
lo único que te importa
e mi cuarto y
): Ni chance de
e las pequeñas almohadas que se enc
escucha. Abro la puerta y avisa que está llamándonos a todos a cenar. Le pido que no cuente que me vió, porque no tengo hambre, aunque, honestamente sé que la
ad y, luego de una rápida ducha, me acuesto, lo que es mu
o un short rojo y una musculosa blanca estampada. En la cocina me encuentro con mi mamá, que desayuna mientras intercambia unas palabras con Luisa. Me uno a ellas y, luego de haber comido, salgo de casa. Apenas cierro la puerta, visualizo el Mercedes S600 negro, en el que siempre suelen llevarme a la facultad.
a el cinturó
gunto, ignorand
el cinturón. Sino
. Me sorprende la actitud de este nuevo guardaespaldas. Levanto la vista con enojo, planeando "callarlo", hacer que encienda el motor sin decir