semana, Jazmín logró relajarse un poco. Val, siempre la voz de la razón, la tranquilizó: «No te adelantes, Jaz. Esperemos a tener noticias de verdad». Aiks, con su energía inagotable, l
de su mente, la imagen d
ctamente, flotaba en el aire. Y, como si fuera poco, Leonardo volvió a insistir en la idea de "pasar más tiempo juntos". Jazmín esbozó una sonrisa cortés, pero por dentro suspiró. «¿Cómo se supone que voy a equilibrar esto?», se preguntó, con la imagen de
onversación, aunque ligera y salpicada de caricias discretas, no lograba disipar por completo la inquietud de Jazmín. Sus ojos se perdían en la lejanía con frecuencia, y su mente divagaba constantemente hacia Corea. ¿Cómo e
con una suave sonrisa, tomando su ma
na suave presión en su hombro. Amber se había acercado sigilosamente y, con un susurro apenas audible, le dijo al oído: -Se
vuelco. Alivio y preocupació
ín a Amber, sin apartar la mirada de Mateo
lo, señorita. Le informo en
ró hacia Mateo, con un
a voz suave pero firme-. Ha surgido u
ció aún má
con un tono de voz que d
go que atender un asunto urgente de trabajo. Amber te avisará para nuestro próximo encuentro. Y no te preocu
ignación reflejada en su rostro. - ¿En serio? ¿Así sin más? ¿Me dej
del asunto. Hizo un gesto con la mano en señal de despedida a Mateo, mi
jilla y se dirigió hacia la salida, seguida de cerca por Amber. Una vez fuer
aban rápidamente hacia la salida del hotel-. Prepara habitaciones para todos, asegúrate de que haya suficiente comida y b
mber, sacando su teléfono para comenzar a coo
taban trabajando arduamente para acondicionar la casa de huéspedes. Jazmín, aunque cansada, se mantuvo al pie del cañón, supervisando cada detalle junto a Amber. Quería que todo estuviera perfecto para la llegada de sus invitados. Se aseguró de que las habitaciones estuvieran impecables, con ropa de cama fresca, su
leto silencio, la tensión palpable en el aire. Sabía que la llegada de Jin y Jiar marcaría un antes y un después. Al llegar a la terminal privada, el panorama era un claro indicio de la fama que precedía a los artistas. Una multitud de reporteros y fotógrafos se agol