6: Sin es
golpe devastador a sus esperanzas. Lo había visto como una posible salida, alguien con recursos que podía ayu
n tono bajo, casi avergonzado-. No
abía. Lo viv
iró en el espejo, vestida con un conjunto de lencería negra que apenas cubría lo nece
aminó entre las mesas con pasos temblorosos, evitando las miradas de los hombres que la devorab
-ordenó Mario desd
traería consecuencias. Se detuvo frente a él y bajó la
ándole de más -comentó Mario, beb
pecho. ¿David le había dic
amable conmigo -murmuró, escog
, una sonris
No me gusta que mis chicas bu
a. Su cuerpo estab
ando a uno de los clientes-. Hoy e
de Sophie
que la había observado desde el primer día. Sus ojos brillaba
, apenas sin
rqueó u
¿
riendo y bebiendo, pero en ese pequeño e
Mario se puso de pie. Se acercó lentamente, d
rró, inclinándose hacia ella-. Aquí n
to de advertencia. Sophie sintió la desesperación
so correr. Pero s
bre ella, su rostro
te irá mejor. No me hagas arrepent
uchando contra las lágri
-