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a consumía, sino también la rabia, esa sensación de impotencia que la acompañaba desde el primer momento en que había llega
a comenzó, un ritmo lento que la envolvía y la hacía moverse con una gracia que, a pesar de todo, parecía natural. Había aprendido a bailar
ado. La presión de los ojos sobre ella era como una presión en el pecho, pero no podía detenerse. Necesitaba terminar la rutina,
miraban con deseo explícito. Este hombre parecía medir cada movimiento con una precisión calculada. Sophie trató de concentrarse en la da
Los murmullos de los hombres en el club se mezclaban con la música de fondo, pero su atención estaba en ese hombre serio que la ha
a sala privada? -le preguntó c
eraba que la usara como un objeto, sino que quería algo diferente. La incertidumbre la hizo vacilar, pero la mirada qu
habitación era pequeña, con un par de sillas y una mesa baja. El hombre se sentó y la invitó a
aja-. Solo quería verte bailar más de cerca. Me
en su rostro que revelara sus intenciones. No parecía
eres? -preguntó, su
de una manera que parecía genuina, aunque difíc
bre, a diferencia de los demás, parecía no estar interesado en tomar
ero este lugar puede ser un desafío.
tención, como si de verdad quisiera comprender su situación. No era lo que había esperado, y aunque se
nversación, el hombre se levan
me gustaría que supieras algo. -Se acercó y dejó un bill
y salió de la habitación. Por un breve momento, Sophie quedó sola, mirando el billete en la mesa. Era una
areció en la puerta. Entró sin decir una palabra, tomó el billete y lo
irada fría-. Todo lo que ganes aquí ser
ntuvo en silencio. No podía hacer nada, no podía pr
go se acercó a ella. Su mirada fu
noche. Asegúrate de mantenerl
a, su mente estaba aturdida, y no tenía fuerzas para enfrentar la realidad de lo que e
iempo más estaría atrapada en este ciclo de miedo, manipulación y desesperanza? Pero, a pesar de todo, en lo profund
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