ermo, mientras tomaba a la mujer de lo
damente. Era como si su cuerpo estuviera allí, pero
Dime, tú dijiste que me amabas, Guillermo.
e había golpeado con la botella. Me había dado tan fue
basta, Sandra. ¿No entiendes que ya no quiero nada contigo?. Lo nuestro terminó ha
o decirle eso a esta loca. Ahora, c
en mi defensa, para evitar problemas futuros. Pero esto ocasionó q
rto. Tú eres ahora la nueva maldita mujer que quiere quitarme a Guillermo. Pero no te preocupes, esto n
se niño no nazca, porque Guillermo es mío -me
apresuró y sacó a la loca del cua
ntas cosas malas me tienen que pasar a mí. Me pregunté a mí misma, viendo que mi vida solamen
pesar de tener una noticia tan importante en mi vida, de que i
y enojada. Pero la mujer daba gritos y empezó a tirar todo lo qu
aré que ninguna se te a
cumpliendo. Si sigues con esta situación, voy a ir a la policía nuevamente, y con evidencias. Por
otra mujer, porque tú eres un mujeriego. Pobre
mujeriego? Oh, Dios mío. Me he enterado de tanta
na de las empleadas, una señora ya bastante mayor, con canas que hablaban
le preste atención a Sandra. Ella suele ser así. No ha aceptado que el señor Guillermo necesi
empecé a pregunt
ecesito que usted me a
, pero finalmente asintió y s
en qué le puedo ayuda
o y a pasar mis manos por mi cara. No tenía las
iera. Estoy para ayudarle -dijo la mujer, co
Guillermo está e
Creo que hablar de este tema la ponía
ermo que usted me comenté -dije
n suspiro y fina
llermo está enfermo, y
nfermedad tiene este
no le queda mucho tiempo de vida -
nte activo. Además, no
e tengo que retirar -dijo ella mientra
ra solamente la dejé que se fuera. E
bien. Por ende, mi cuerpo está todo cansado y pidiendo descansar. No pude dormir luego de haber recibido e
, ya que estaba todo despeinado. Al final de cuentas
que la puerta es abierta ráp
ijo Guillermo, mientra
a y con la cara hecha
ta casa, están pasando muchas cosas extrañas. Además, mira que