cubriera mi mentira o la propuesta extraña que me hizo; fue algo más. La manera en que me miró, con esa mezcla de control y curiosidad, como si pudiera desentrañar cada uno de mis pen
-ni pienso hacerlo-, me agradeció mil veces por "salvarle" la entrevista. Si tan solo supiera la verdad. Pero cada vez que trato de concentrarme en algo, mi mente regresa a él. A ese momento en que me agarró del brazo para evitar que
ier otro, solo que con más poder, más dinero... y sí, más atractivo de lo que debería ser legal. Pero n
en la monotonía del trabajo. El aroma a granos tostados y el murmullo de las co
momento? - me llama Sara, mi comp
máquina de café, ajustándome
n levantar la vista, mis manos y
ino, sin
a
ostrador, con una mano apoyada en la madera y esa elegancia intimidante que parece absorber todo a su alrededor. Su traje oscuro, impecable como sie
más baja de lo que pretendo,
do de mi nombre en su tono gra
ras muelo los granos. ¿Qué está haciendo aquí? Esta cafetería no es el tipo de lugar que alguien como él frecuentaría. Es pequeña, modest
on más cuidado del necesario. Levanta la taza con
esté aquí? - pregunto
penas, evaluándome com
reer en las
zón se
nton
café - responde, su voz tranq
Después de lo que pasó? Mi mente vuelve a esa carpeta que deslizó sobre el escri
o de lujo al que está acostumbrado - digo, inten
ojos se clavan en los míos con una intensidad que me de
rada me quema. Intento mantener la compostura, pero s
egunta de repente, como si fu
las seis, pero sin
nce m
iera calculado todo desde el
Q
salida con esa seguridad que parece innata en él. Me quedo para
fe... - susurra Sara a mi lado,
or qué está aquí? ¿Por qué me busca después de que salí corriendo de
-
me, apoyado contra un auto negro con vidrios polarizados. Las manos en los bolsillos de su abrigo, su postura relajada pero
regunto al acercarme, intentando so
o - responde, y su voz g
cruzando los brazos para protegerm
lo justo para que su cercanía me hag
na, Valeria. Me atraes. Y q
bras me llevan de vuelta a ese mome
e? - pregunto, mi voz tembl
to visual. - Quiero cumplir ciertas fantasías contigo. Todo bajo tu consentimiento, por s
to, incrédula. -
s necesario. Mis deseos no son convencionales, y necesito
o cómo el pánico y la fasc
insisto, desesperada por
su tono firme pero no agr
esa certeza fría y magnética que me desarma. Esto es demasiado.
un paso atrás. - No puedo... No sé qu
perturbable. - La oferta
convencerme a mí misma qu
nto su mirada en mi espalda, pesada y persistente. Mi corazón late con fuerza, y mi mente es un caos. ¿Qué ac
er Wolfe no es solo un hombre poderoso. Es un enigma, un peligro