endía del todo. La habitación en el apartamento que Alexander le había asignado parecía sacada de una revista de diseño: una cama enorme con sábanas de seda, muebles minimalistas
ra un mensaje de Alexander. **"Te recogeré a las 10. Tenemos
un suspiro. No ha
*
mbre mayor de aspecto severo: el abogado encargado de redactar el contrato. Emily hojeaba las páginas del documento, aunque las palabras comenzab
regunta o inquietud? -pregun
l contrato, sino con Alexander. ¿Cómo era realmente este hombre que parecía controlarlo todo, pero al
na de las partes inc
saldadas y cualquier cantidad adicional que el señor Blake haya invertido en este acuerdo. Por otro lado, si el señor B
eve escalofrío. Todo estaba diseñado para proteger a Alexand
ndo su copia del contrato. Miró a Emily con sus p
su firma en la última página. Cuando Alexander hizo lo mismo, sintió como si una
*
ante exclusivo, donde cada plato parecía una obra de arte. Aunque la comida era de
guntó Alexander, n
iró directamente. -No entiendo cómo pu
siderando su respuesta. -Emily, he pasado mi vida lidia
os-. Estamos fingiendo un matrimonio. No importa
que la hizo sentirse desnuda. -A veces, las ment
o algo en su tono le hizo preguntarse
*
lugar seguro. Sin embargo, cuando llegó, se encontró con una sorpresa desagradable. F
vestida, como siempre, y la mi
Victoria, como si no hubiera es
tentando sonar casual mientras
e la galería con la mirada, como si la evaluara-. Alexander no deja de
u interior, pero intentó mantener la calma
burlona. -No seas tan defensiva, querida. S
e, sin apartar la mirada. -Tal
haré. Pero mientras tanto, ten cuidado. El mundo de Alexander
no respondió. Sólo la vio marcharse con un aire de superiorida
*
podía sacarse de la cabeza la sensación de que Victo
hoy -dijo Emily tan pronto como
tó él, aunque su tono
que no confíe en ti. -Emily hizo u
es... complicada. Es alguien que siempre ha estado cer
preguntó Emily, sin molestars
endureció-. Cree que puede manipul
cómo interpretar su respuesta. Final
Alexander. Porque si ella desc
de Alexander era firme-. Y
*
rarse rápidamente a sonreír frente a cámaras y soportar preguntas incómodas de periodistas curiosos. A
an cenas y conversaciones, Alexander mantenía un muro invisible entre e
en el apartamento de Alexander,
r qué no hablas
copa de vino, sorprendido
pero nunca mencionas cómo era. -Emily lo miró
mento, como si estuviera decidiendo
llante, pero también implacable. Siempre ex
tamento? -preguntó Emily. -
ía esto por voluntad propia. Sabía que odiaba la idea del matrimo
, vio a Alexander como algo más que un empresario frío y calculador. Er
il crecer con alguien
n breve instante, su expre
que los unía, y aunque la conversación terminó pronto, dejó
duró mucho. Al día siguiente,
que hablar. Y créeme, esto n
a espalda. Algo le decía que lo que est