que acababa de presenciar. Las lágrimas seguían fluyendo sin control, su corazón roto palpitando al ritmo de un dolor que amenazaba con consumirla. -"¿Cómo

un suspiro, se puso de pie, dispuesta a vengarse de ese infeliz. "Primero las primeras cosas"-mu

nto, Mar escuchaba en silencio mientras su amiga le compartía los detalles de su desgarradora ex

que se le ocurrió una descabellada idea. Se levantó de la cera de la calle y caminó hacia el edificio, entrando como Pedro

lo verás, Tay, ya lo verás', contestó con una sonrisa de esas que dicen 'cuídate'. 'Seño

un asesinato en ese apartamento y no quiero ir a la cárcel. Son muy hermosas y valiosas para la sociedad'. Mar caminó

Cuando llegaron al piso del apartamento 317, Mar sacó la llave y abrió la puerta, entrando

aba revuelto, como si hubiera habido una lucha. Tay sintió un nudo en el estómago al ver el apart

aena de la noche. Revisó cada rincón de la habitación con la mirada, buscando algo con lo que pudieran amenazar al imbécil. Tay la observaba en silen

, se acercó a la mesa de noche con determinación, agarrando el cortaúñas con manos temblorosas. Sus ojos lanzaban d

en Carlos. El silencio que siguió fue ensordecedor, solo interrumpido por la respiración agitada de los presentes. Car

uesta, pero las palabras se

no cargado de ira contenida. "Yo soy la dueña del apartamento, así que, mamita, vístete y vete

omento que pasaba, mientras Mar y Carlo

mantener la compostura ante el ataque verbal de Mar. "Tay es mi amiga, merece respeto". Mar soltó una risa amarga, sus ojos centelleando con incredulidad y desdén. "Tu amiga", repiti

e culpa y frustración. El silencio se prolongó, tenso y pesado, mientras Mar y Carlos se enfrentaban en un enfrentamiento emocional. En el aire flotaba una sensación de sangre, como si el de

avemente, su voz apenas tenía un susurro en la habitación cargada de emociones. "Pero eso no cambia nada". El ambiente se carg

lucrados pendía de un hilo, esperando ser dec

e se acercó y le quitó las sábanas. En un movimiento rápido, le pel

lo! -habló Tay

tinu