té rápidamente dándole dos palmaditas en la espalda. Dejó de toser y se pasó la servilleta por la boca.
atando de explicarle mejor lo que acabo de decir. Sé que fui rápido y
donde trabajabas; Al principio fui al
estoy segura que Fernando lo escuchó y fue primero a tu cita y te conquistó. Por eso decidí irme de Brasil, n
que nunca notó mi interés en ella. Por supuesto, ella sólo tenía ojos para mi hermano. Me acerqué tratando de tocar su hombro, pero ella
carácter sois muy parecidos. - Me lanzó las palabras a la cara, dejándome herida. -Nada me dolió más q
de que nos lastimemos más. Te dejaré pensarlo todo y cuando tenga una respuesta, sabrás mi número demóvi
scarme. Pensé en ir a casa de mi madre al día siguiente y tratar de
o, me fui a la cama después, no me sentía bien, y ver a Lara después
a imaginé que él tuviera sentimientos por mí, confeso que algo dentro de mí cambió, y me imaginé, por un breve segundo, casándome con é
erré la puerta y me dirigí hacia el auto, miré al conductor y era el mism
zapatería del centro comercial de la zona norte. La llamé, invitándola
nó hacia mí sonriendo felizmente. Después de abrazarnos, esperé unos minutos a que ella se fuera para su
año y siempre están contratando. De
ntamos y comencé a contarle todo,
y, fnalmente, la propuesta de mi c
sarías por todo esto a manos de ese sinvergüenza. ¿Por qué nunca me dijiste nada? La última vez que te vi,
r contigo, mi madre se cayó. y se rompió el fémur, tuvimos que pagar la cirugía, fue una locura, todavía se
reguntó en voz baja. - No, claro qu
, siempre noté sus dudas hacia ti, pero solo tenías ojos para el gemelo equivocado. ¿Aceptarás su propuesta? - Pensé en tu pregunta y ordenamos nuestro almuerzo. - No lo sé,
el camino era vender la casa y tratar de conseguir un trabajo en mi campo, a pesar de tener una licenciatura en Administración, mi prometido nunca me permitió trabajar fuera de casa, dijo que no No lo necesito;
Claro que me da vergüenza, nunca
Arrepentida, decidí invitarlo a ce
rar algunos ingredientes para preparar la cena, decidí hacer risott
ba verme en la cocina, yo era una muñeca de porcelana para él, no hacía nada más que esperar a que llegar
sentir feliz, entré como una niña al supermercado, escogí las verduras, los camarones, también tomé una bo
o de la tarde, puse las compras en la mesa de la cocina y me di una ducha, hacía mucho calor. Entré a la
timbre de mi casa; nerviosa, me alisé el vestido, me pasé la mano por el
de compromiso de mi dedo, abrí el pequeño cajón y metí la pieza dentro
o en la puerta con un ramo de