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Historia

Capítulo 4 Firma

Palabras:1678    |    Actualizado en: 06/06/2023

ía llegado de imprevisto a irrumpir en un lugar al que era impensable entrar si

abía descansado nada y se sentía un poco atontada. Se sentó y miró a la mujer sin decir n

n para dejar esa pregunta en el aire y observar la reacción de la chica, cuyo

firmemente con la cabeza y si

la mano y un bolígrafo; esperó hasta que vio que la chica los tenía en la mano y se levantó sin decir mucho má

la vista y leyó la primera línea de los nuevos papeles antes de ahogar un gritito y mirar hacia el lugar por donde la mujer había desaparecido, quería gritarle qu

o de confidencialidad; le exigían que mantuviera la boca cerrada sobre cualquier cosa que hubiera visto, cosa que no sería muy

laraban cualquier duda

e dejarse caer contra la cama; de inmediato se arrepintió de esta acción, ahora todo le daba más v

rin -se habló a sí misma en vos alta, como si

un lío y para cuando aquella mujer volvió a entrar en la habitac

nfermizo antes de mirar los papeles que sostenía; tenía un poco de curiosidad por cuales había elegido firmar

bía pensado y le había ofrecido el otro contrato en un momento de impulso. Ahora, se encontró sorpr

ensast

o mucho,

s esa clas

hica hace esto p

es razón. ¿Ent

signarme, no tengo el aguante suficiente como para hacer las cosas de la forma..

á no termina de entender lo que estas aceptando

opciones. -Sí que las tenía, pero no

segura,

tra y no dejó que la mirada de la rubia la intimidara. Le tembl

n de la chica, podía entender su situación y la desesperación que podría estar enfrentando, sin embargo, no era su lugar jugar a la buena

er, párate

Qu

ate, no me hagas

n el proceso; el rojo de la fiebre se mezcló con la vergüenza que nunca creyó experimentar y

elta. -Ordenó y ella hizo lo que le decía sint

no seas tonta», pensó,

momento, la mujer que la miraba de arriba a abajo se levantaría, le abriría

ita o quién sabía qué; aunque estas eran todas ideas en su pequeña cabeza, ideas como que en cualquier momento, la mujer tomaría los papeles recién firmados y los

e dijo y preguntó-: ¿C

siquiera pudiera, las piernas le flaquearon y cayó sobe el suelo, ni siquiera alcanzó a cubrirse el pecho. Se m

de sí misma y negó con la cabeza, esta era la primera decisión que

virgen

los ojos azules de su examinadora; habí

a de la habitación y le hizo un gesto para que se apresurara a vestirse y la acompañara-. Por las vírgenes suelen pagar más, viste como son esos fetich

vergüenza; sus movimientos se volvieron más rápidos y cubrió con éxito el l

cer. Cuando tenía los ojos vendados, le pareció que había caminado una eternidad, pero ahora que podía ver todo, sin

el estado de la misma una vez que estuvieron sentadas; era

avecita enganchada a un llavero de mal gusto cuyo tin

, con la que iban a rondar los pisos del lugar. Sin discriminación alguna, una vez que los elásticos se aprietan en torno a la cabeza de una chica Anónima, no había más

era el bautizo sacrílego que introducía a las jóv

Mary sonrió y esperó a que la nueva

por elegir un antifaz de un rojo profundo, delicado, elegante y sencillo. Miró con deten

, ya no

capítulo. En el siguientes nos vamos a s

agregar la historia a su bibl

il

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