os, Alicia se sentó a escuchar sobre un panorama terrible y casi imposible de superar, pero ella estaba decidida a seguir adelante. Aunque las probabilidades e
ica todo –le aseguró el médic
la noticia. Había tratado a Alicia por años y conocía bien su historial, sabí
razada –solt
icina que encontró. Desde las convencionales hasta las alternativas e incluso, las más extrañas posibles. Todo lo que le decían, ella lo probaba, no descartaba ninguna opción porque deseaba mucho tener un
ijo el médico confirma
–susurró Alicia dejando
pero es dema
ste bebé. Sabes todo lo que he intentado para logra
ento para la leucemia estando embarazada y si no te lo doy, pues
é. Saldré adelante. Mark y yo hemos deseado tanto tener un hijo que estoy segura que cuando se lo diga, él me va a apoyar. Estará ahí para mí y... –calló un mo
gresivo que sea el cáncer, aún podemos tratarlo, todavía hay po
reacción– No lo haré. No acabaré con la vida de mi b
él también lo deseaba tanto como ella. De hecho, esa era la razón por la que su matrimonio se había estado deteriorando. Lo habían intentado por tanto tiempo que ya estaban decepcionados y él comenzaba a alejarse de ella, pero Alicia estaba segura que en cu
guntó Isabel durante
ó negando co
decírselo, está en su derecho de saberlo
lo de mi leucemia y todo lo que está pa
abel –por más idiota que sea, sigue siendo mi socio y peor aún, también es mi primo, a
o lo sé... realmente no quiero lidiar con él, co
silencio unos segundos, cada una sumida en sus propios pensamientos–
on su vida, pero en ocasiones se le hacía increíblemente difícil. Estaba bastante mal de salud y a veces creía que su médico tenía razón en
ble. Observó su reflejo. En los últimos días su cuerpo había estado cambiando, pero a diferencia de lo que hubiese esperado, no era para mej
iris y por tanto, fuese muy sensible a la luz, tuviese una visión algo borrosa en ese ojo y sufriera fuertes dolores de cabeza en los días soleados, pero en general, no le causaba demasiados problemas a excepción de la actitud de su ex marido, pues con
veía bonito ¿Cuándo comenzó a odiarlo? –se preguntó en un susurro con tr
nera en que lo había hecho su abuela. Aquel terrible historial había abrazado a su familia por largo tiempo y parecía que Alicia tampoco había podido escapar de ese destino. Siempre le atemori
me a su empleado y por alguna razón, había decidido que su hijo debía acompañarlo. En esa tarde nublada y triste, Alicia había conoc
verás –le había dicho aquel muc
icia entre sollozos, no creía posible
sentándose a su lado. Alicia lo miró sorprendida– ese
.? –ni siquiera pudo
ú. No es algo fácil de entender y menos de afronta
ado de una revista de moda. Él volteó a verla y le sonrió. Ella no pudo evitar dejar salir una sonrisa cuando se perdió en e
endo lo que ocurría, la tomó de la barbilla con delicadeza y la hizo mirarlo de
también sonrió con cariño. Se miraron por unos segundos hasta que
ró Mark– aunque creo que yo fui el
piste que
só– así que luego de dar una vuelta por la propiedad, me pareció que este era el sitio correct
iera h
ía. A ella seguramente le gustaría que siguieras adelante y fueses feliz
impiándose las lágr
reciéndole su mano para ayudarla a le
Alicia y con el pasar de los años, ese sueño de niña se hizo realidad. Mark pasó a ser su primer y único novio a la edad de 17 años y con tan solo 3 años de noviazgo, se casaron en una hermosa ceremonia. Su vida con él había sido casi perfecta hasta ese momento, 5 años después
ta la sacó de sus pensamientos. Caminó con calma hasta la entrada pa
saludó Camila e
ón y se había dedicado a investigar una manera de ayudarla. Ese día estaba ahí para llevarla a un sitio que había encontrado